21 de marzo de 2013

Medios: lo que la justicia no da, los K lo toman

El “affaire Tinelli”, la aprobación del Afsca del traspaso a manos del magnate del juego Cristóbal López de los medios televisivos y radiales comprados a Daniel Hadad el año pasado y los ideologizados “pases” en las principales radios son los últimos episodios que muestran las intenciones de regimentación mediática del gobierno kirchnerista, objetivo que intentan cumplir más allá de las posibilidades de la Ley de Medios. También señalan la pusilanimidad de la progresía centroizquierdista local, convertida en alfil de esta regimentación aún a costa de deber quitarse la máscara que portaban y que los mostraba como capitanes de la lucha contra las corporaciones -convertidos en arietes de la corporación mediática K.

Los vaivenes de Marcelo Tinelli, el hiperexitoso conductor televisivo, para decidir la pantalla que cobijaría durante 2013 a su programa Showmatch fueron fruto de una precisa operación digitada desde la Casa Rosada. Cristóbal López (cuándo no) le propuso a Tinelli la compra de parte de su productora Ideas del Sur -de la que es socia la Corpo Clarín- con el objetivo de que su programación pase de Canal 13 a Telefé, cuyo dueño es la española Telefónica y que se ha mostrado afín al gobierno para preservar en paz sus negocios y negociados. Una de las cláusulas del trato implicaba que no debía salir el segmento “Bailando” en el que participarían imitadores de políticos, sketch que en 2009 fuera muy favorable a Francisco De Narváez, que terminó derrotando al mismísimo Néstor Kirchner en la provincia de Buenos Aires. Finalmente las arduas negociaciones quedaron en la nada, pero con el “logro” de sacar a Tinelli de canal 13, un duro golpe comercial para la Corpo. Las últimas novedades dan cuenta de un año sabático por parte del conductor o de la posible compra de Tinelli de Canal 9, un negocio redondo para el empresario mediático y showman y un pase de manos de un canal repetidor de la esfera de informaciones estatal. Los planes de la Rosada, sin embargo, revelan que la pontificada “pluralidad de voces” es sobre todo un chamuyo, incluso al precio de una tinellización general de las programaciones televisivas.

Un peldaño que ya lograron con la compra del multimedios Hadad por parte del millonario del juego, el petróleo, la recolección de residuos y la obra pública Cristóbal López. La kirchnerización de la programación de C5N o Radio 10 no pasa inadvertida para nadie ya que las otroras cloacas de la derecha local se han traspasado a las loas del gobierno -lo cual demuestra, además, que un sector del periodismo editorial no se diferencia del soldado pago a la hora de rendir pleitesía a sus mandantes-. A tal punto llegó la uniformación del discurso del multimedios que hasta el inefable Eduardo Feinmann -exponente de lo más degradado de la reacción- se ha vuelto kirchnerista y hasta se ha comenzado a lavarle la cara en los medios oficiales presentándolo como un personaje “cool”. Debe remarcarse que la transferencia de los medios de Hadad a López es irregular pero que de todos modos fue aprobada por el Afsca, organismo de aplicación de la ley de Medios comandado por el progre Martín Sabatella… No es el único holding de medios que pervive en situación irregular: no habría que dejar de mencionar que canal 9 pertenece al mexicano Ángel González, algo explícitamente prohibido por la susodicha ley.

Así las cosas, el mercado de pases de las radios responde más a la uniformidad de trincheras que a la “democratización” del discurso radiofónico. De este modo, la Corpo queda cada vez más derechista con las incorporaciones de Marcelo Longobardi y Pepe Eliaschev a su programación diaria (mientras continúa con su alto poder de fuego con los informes periodísticos de la segunda mañana de Jorge Lanata) y Radio 10, Del Plata y América -entre otras- profundizan su marcado discurso oficialista. Todo esto mientras en los pasillos de tribunales se anuncia un nuevo fallo favorable al pulpo empresarial de Magnetto y Ernestina Herrera de Noble.

Sin embargo, lo que la ley no da, lo procura el dinero. Esa es la moraleja de las distintas operaciones empresariales, pases y pases frustrados realizados a través de empresarios oficialistas con el fin de que el arco mediático masivo sirva como base del discurso comunicacional favorable a un gobierno que lo precisa cada vez más ya que, cada vez más, se muestra como un gobierno en crisis. La zanahoria del treinta por ciento para organizaciones sociales sigue siendo una quimera (incluso a pesar de que los grupos de medios alternativos que reclaman por su aplicación hayan realizado muestras de kirchnerismo explícito como cuando, por ejemplo, se movilizaron el 7D para escrachar a Clarín, actividad de la que participaron grupos filo kirchneristas e incluso los miembros del PCR que luego pasarían a engrosar su fracción disidente, el CRCR).

A tres años de la aprobación de la ley de medios, se puede afirmar que su principal logro ha sido el entusiasmo provocado en cierta progresía académica de las facultades de comunicación y la posibilidad de negocios mediáticos para el empresariado kirchnerista

Ariel Schraiber