Respuesta a la segunda carta pública de Norberto Galasso a Jorge Altamira, difundida el 15 de enero de 2011.
Norberto Galasso cierra su ‘segunda carta a Altamira’ con un mensaje conmovedor: “Te saludo repitiendo tu consigna: ¡Juicio y castigo a todos los culpables de la muerte de Mariano Ferreyra! ¡Fuera las patotas de los ferrocarriles y de los sindicatos en los cuales aún subsistan!”
No todos los lectores advertirán, sin embargo, la doble superchería de este ‘happy end’ nacional y popular. Por un lado la superchería moral –porque yo no hablo en mi texto de la “muerte” de Mariano sino de su “asesinato”, y porque tampoco condiciono la expulsión de las patotas a “los sindicatos en que aún subsistan”. Galasso falsifica mi texto. “Mi consigna” dice otra cosa: “Abajo el pacto CFK-Pedraza, fuera la patota de los ferrocarriles y de los sindicatos”. El pacto en cuestión tiene como protagonistas al gobierno, a la burocracia y a los empresarios amigos en la gestión de los ferrocarriles, incluido el estratégico Belgrano Cargas, del cual depende en gran parte el futuro del corredor sojero. La burocracia de Pedraza está involucrada en el crimen de Mariano, de modo que no puede haber “juicio y castigo a todos los culpables”, si el gobierno no procede a expulsar a la burocracia de la gestión ferroviaria y a liquidar el propio pacto mediante la asunción integral de esa gestión. Las patotas sindicales u oficialistas de otro tipo no son, por otro lado, una rémora en extinción, como lo sabe Galasso perfectamente; la patota de Fernández-Capaccioli que atacó a los trabajadores del Hospital Francés; o la de Fernández 'Caballo' Suárez que agredió a los del Casino; o el elenco estable del gobierno de Santa Cruz, la patota de la UOCRA, que apalea a docentes, estatales y trabajadores de comercio; la policía de Insfrán que mata a campesinos Qom. 'Caballo' Suárez ha sido premiado por sus quehaceres, por parte del gobierno, con una empresa marítima semi-estatal. Con un burocracia empresaria y estatizada es muy difícil que los sindicatos sean un arma de defensa de los trabajadores o una escuela de formación de su conciencia de clase; en realidad cumple la función estratégica de maniatar la acción de la clase obrera y poner a los sindicatos como una rueda de apoyo del estado capitalista. Lo que según Galasso “subsiste” o, como dice en otra parte, “quedan elementos residuales”, no sólo es lo que domina en los sindicatos sino que ha sido a lo largo de la historia una gangrena de todo el movimiento obrero. Que Galasso se atreva encima a adulterar mis expresiones escritas, define el estilo servicial de su ‘carta’ para con el oficialismo (que por supuesto nunca me llegó directamente sino a través de la profusa red mediática del kirchnerismo, o sea del Estado, en la red). Galasso comete la adulteración de nuestros conceptos con una injuria de calibre, porque aludiendo al asesinato de Trotsky, nos pregunta: “¿a ustedes cómo les partieron el cerebro?”. Esto, pocas semanas después de que los Ramón Mercader de la burocracia asesinaran a Mariano Ferreyra e intentaran lo mismo con Elsa Rodríguez y dos compañeros más. Con esa afirmación, Galasso se ha cubierto con un mar de mierda, porque mientras él apoyaba al gobierno isabeliano de las tres A (“para profundizar un proceso de cambio a favor de la unificación latinoamericana”, con las misma palabras que usa para referirse al que apoya ahora), nosotros estábamos entre sus víctimas, secuestradas y asesinadas por la Triple A.
El embuste político de Galasso emprende otro andarivel, más allá de estas falsificaciones y de la provocación. Muy bien tu consigna, Altamira, pero no la divulgues, mantenela en secreto, no se la cantes a Tenembaum, ni a Julio Blank, ni a Cárpena. No vayas a lo de Mirta, donde el matrimonio K hizo su debut presidencial, menos a lo de Grondona, en el cual el ‘Chino’ Navarro, ultra K, es abonado a platea, menos a lo de Morales Solá, la tertulia preferida de una gama inifinita de funcionarios y alcahuetes K. Más allá de que ninguno de estos me han invitado, los que sí lo hicieron ("palabras más, palabras menos", "código político") tenían, en los bloques precedentes o posteriores al mío, a ilustres K, como el gobernador Capitanich (que en las previas compadreaba con Van der Kooy sobre la suerte de Ñuls), o a Ricardo Forster, que como buen filósofo denunciaba las expulsiones de los campesinos santiagueños de sus tierras sin pronunciar, ni una vez, el apellido del gobernador kirchnerista, Zamora. Galasso dice, sin el menor pudor, que todo esto, o sea la visita de los K a los canales ‘destituyentes’, está muy bien, porque estos personajes “van a cantarles las cuarenta” a sus anfitriones, olvidándose de que él mismo afirma que no iría “por higiene mental”. Si para Galasso el Chino puede codearse con Grondona, al que llama sin ninguna vacilación “doctor”, abrumado por el trato de lujo que recibe de parte de Grondona, la acusación de que nosotros, con la asistencia a programas ‘opositores’ estaríamos legitimando a un periodismo pretendidamente independiente, es un embuste; a todos lados, nosotros vamos con nuestras posiciones –las mismas por las cuales el Comité Nacional del PO fue preso, enterito, bajo Alfonsín, y yo mismo fui arrestado en la Casa Rosada. Un reportaje de La Nación, en noviembre pasado, el primero desde el que nos hiciera en abril de 1989, le alcanza a este enemigo del cigarrillo para proclamar que le hacemos el juego a los Mitre. Algunos artículos en La Prensa (antes publicados en Prensa Obrera, o sea extraídos de Prensa Obrera, y en numerosos blogs), no sobre el crimen de la patota oficial sino sobre la crisis capitalista internacional, son también objeto de censura; deberíamos entonces dejar de sacar nuestras propias publicaciones. Galasso nos quiere poner un bozal –siempre, claro, como un “amigo que advierte”. Los únicos que pueden aparecer “en la prensa de la derecha” son los kirchneristas. Galasso, sin embargo, se desentiende de un detalle: los medios oficialistas no nos invitan. Nos atacan sin que podamos replicarles. Son el paradigma de la cobardía política. Los adalides de la democratización de la palabra nos cercenan esa palabra. La semana pasada, Radio Nacional leyó entera, en Córdoba, la primera carta de Galasso, pero no quiso hacerlo con la nuestra, hasta que fue forzada por la repetida exigencia de los oyentes. Esta es la ley de medios de Galasso y los K. El bozal al PO y a la IV Internacional y a cualquiera que tenga una posición combativa políticamente independiente. Un medio oficialista estatal que no se atreve a debatir, desafiar o enfrentar, en paridad de condiciones, con un militante o partido popular, queda reducido a una confesada camarilla de alcahuetes.
La consigna fundamental de la carta de Galasso, como de la anterior, es una amenaza (“Dejate de joder contra el gobierno…”), de las del tipo que hace Pedraza. Galasso tuvo que enterarse, dice, por sus amigos de café, que Kornilov (el general que inició un golpe de estado para ahogar en sangre la revolución rusa) es un delantero de la selección rusa, aunque también podría serlo de Bielorusia o Bulgaria. Si sus amigos, en cambio, le hubieran hablado de la selección argentina, se habría enterado que Carlitos Tevez grabó un video de apoyo a la lucha del PO por Mariano, que fue pasado en Plaza de Mayo y por varios canales, aunque ninguno debe haber sido oficialista. Tevez hizo algo que a Galasso ni se le hubiera ocurrido: poner el cuerpo en una lucha popular.
Jauretche tenía razón cuando decía que para caracterizar al primer gobierno de Perón, el hecho de que no nacionalizara la Chade (cuyo contrato de servicio eléctrico había sido prorrogado por medio siglo por un Concejo Deliberante de mayoría radical, en 1938) era secundario –aunque ilustraba la dependencia del gobierno peronista del capital europeo; gran parte de las nacionalizaciones de Perón fueron elaboradas antes por el Foreign Office y Lord Keynes. Pero Galasso se equivoca cuando dice lo mismo del crimen de la patota de Pedraza, el cual no considera “una contradicción principal” de la situación política. Sí lo es, porque denuncia una estructura de poder que tiene como base insustituible a la burocracia sindical y a la regimentación del proletariado. Para un socialista es lo fundamental, porque se trata de la independencia de clase de la clase obrera, de la expulsión de los agentes de la patronal de las organizaciones construidas por los obreros. De otro modo, ¿cómo pretende Galasso apoyar a los gobiernos de la burguesía nacional desde una posición, según dice, independiente? La posición independiente de Galasso es un eufemismo; la usa para cotizar mejor, volviendo al fútbol, en el mercado de pases del oficialismo. El carácter históricamente progresivo del peronismo solo tiene que ver parcialmente con sus medidas nacionalistas o sociales (por eso la referencia a Jauretche); está determinado, en lo fundamental, porque despertó a la vida política a la gran masa de trabajadores que estaba fuera del movimiento obrero de la época, aunque lo hizo con sus propios métodos –regimentadores o bonapartistas, y la creación de una burocracia sindical estatizada. Perón fue volteado por la Libertadora para terminar con ese protagonismo combativo de los trabajadores, para acometer los planes de ajuste que el propio Perón había anticipado en el Congreso de la Productividad. Los movimientos nacionales de contenido burgués capitulan ante el imperialismo, desde Chiang Kai Sek hasta Perón, cuando pierden o están por perder el control de los trabajadores, su capacidad para contenerlos. Ya que citaste a Trotsky, quien ya jugaba en primera en la época de Kornilov, te recuerdo que sostenía que la opresión nacional del imperialismo agudiza, y no atenúa, la lucha de clases al interior de la nación oprimida (cito de memoria un texto sobre China, sin comillas), o sea que el destino de la lucha contra el imperialismo depende de la capacidad de iniciativa independiente de los explotados –no de la supeditación de estos al ‘movimiento nacional’. Para que la clase obrera pueda jugar un rol decisivo en las luchas nacionales (y no ser el chivo emisario de las capitulaciones y derrotas) debe ocupar una posición independiente, autónoma, en definitiva organizarse en partido propio -lo contrario la condena al puesto de furgón de cola.
Después del asesinato de Mariano, el gobierno, pero aún más que él sus escribas, se empeñaron en responsabilizar por el crimen a nuestro partido –porque como dice una charlatán en Tiempo Argentino, la semana pasada, romper con Pedraza significaría, para el gobierno, provocar su propia desestabilización. Es decir que CFK sería incapaz de apoyarse en los obreros ferroviarios, que cada vez más votan contra Pedraza, para neutralizar el sabotaje de la patota. Vamos con la patota, entonces. Por esto mismo, este gobierno que no rompe con Pedraza, aplica el delito de extorsión contra nuestros compañeros ferroviarios que luchan por reivindicaciones fundamentales para el conjunto de la clase obrera, que se encuentra tercerizada en cerca de un 40%. La ministra ‘progre’ de Seguridad, la misma que hizo ascender a un jefe de Inteligencia del nefasto batallón 601, ordena que se les impute a esos obreros el delito de extorsión –un ataque al derecho laboral de reivindicar y un encubrimiento de las extorsiones del ministerio de Trabajo (ver Garzón Maceda, asesor de la burocracia sindical, en Clarín). Por eso tampoco investigan el rol de Pedraza en los desmanes de la estación Constitución, ni los lockouts ferroviarios que lanzaron para que liberen a sus ‘detenidos’. La conmoción que creó el crimen contra nuestro compañero Mariano no fue motivada por un hecho de sangre cometido contra un joven ejemplar, sino por su contenido político –otra vez, como en los 70, por la disposición de la burocracia de recurrir al asesinato para mantener el doblegamiento de los sindicatos a las patronales y al Estado. Esta necesidad de preservar el sometimiento de los sindicatos explica la continuidad del pacto gobierno-patota ferroviaria–empresarios, más allá de negocios jugosos. Nosotros, como socialistas, oponemos esta contradicción como fundamental, al intento de la burguesía, y de vos especialmente, de que los explotados deban elegir entre alguno de los bandos de sus enemigos de clase. Según Galasso, mi afirmación, a La Nación, de que “es falso que el país esté ante una alternativa de Kirchner-oposición de derecha” (transcribo la cita de Galasso, sin haber tomado la precaución de verificar su autenticidad), sería la posición del ‘mitrismo’. Es al revés: K y anti-K (y vos) sostienen que la pelea principal pasa entre ellos, que la izquierda y la clase obrera que lucha deben limitarse a balconear.
Galasso, lo sabés de memoria: las diferencias entre K y sus opositores no son de principio, sino de grado -¡y no en todos los casos con ventaja del gobierno!-. Defienden la propiedad privada de los medios de producción, el monopolio capitalista y el orden internacional que es el producto de ese monopolio capitalista. ¿Qué escribiste en tu revista cuando recientemente Argentina participó en las operaciones del Comando Sur para ‘proteger’ el canal de Panamá –en las cuales solamente no participaron Venezuela y Bolivia? Porque vos sabés que todo esto va contra Chávez e incluso Ortega, o sea contra el nacionalismo latinoamericano, que incluso quiere crear un canal interoceánico independiente por Nicaragua. Lo ocultaste, seguramente. CFK con el imperialismo contra el movimiento nacional latinoamericano, ¿no te hace levantar la ceja? ¿Por qué no me pedís que censure esta denuncia para no afectar al gobierno K? Esto no es la Chade, esto define a un gobierno como pro-imperialista. ¿Y la ley antiterrorista, pactada con la CIA? Este es el gobierno de las mineras que destruyen el nordeste, matan de cáncer a Andalgalá y saquean a Argentina. El de las petroleras, de los Cargill, de la UIA, de los usureros que lucran con la deuda pública que están comprando a montones. ¿Vos viste, Galasso, alguna vez, conspiraciones del gran capital (que son las que importan), mientras la cotización de la deuda del país sube de a tres dígitos? El capital financiero internacional está votando por CFK con sus dólares ¿Sabías, Galasso, que los gobiernos del Mercosur firmaron un tratado de libre comercio con Israel, lo cual ya ha llevado a la compra de empresas militares brasileñas por parte de capitales yanqui-sionistas? Viva Lula, el que hizo de Brasil un paraíso del capital nacional e internacional. Vamos con esta causa nacional. ¡Vamos con la victoria en primera vuelta! ¡Sacrifiquemos la posibilidad de un desarrollo electoral de una fuerza socialista que se apoya en la lucha por la independencia de la clase obrera, juguémonos por la reelección de una de las variantes del capital financiero! Claro, Galasso, que no estamos en 1917 –lo contrario es lo que sostenés vos, que sos un tremendista a medida, cuando decís que el mundo se juega el próximo octubre. Nosotros tenemos una postura más mesurada: desarrollar una alternativa política socialista. Te voy a pedir un consejo, Galasso, aunque sé que no me lo vas a dar porque la tuya es la última carta: ¿qué nos aconsejás que hagamos en Catamarca, el próximo marzo: votar por el agente de pantalones de los pulpos mineros, el radical Brizuela, o hacerlo por la que viste polleras, Corpacci, de manera que los K que controlan el YMAD-Aguas del Dionisio, puedan reconvertir las instalaciones de La Alumbrera, en proceso de agotamiento, en beneficio de Agua Rica, creando así un pulpo destructor de glaciares, público-privado, superexplotando a los obreros y llevándose toda la guita al exterior? ¿Te parece que debiéramos votar por uno de los dos candidatos del trabajo esclavo en los olivares o viñedos de Catamarca? Nosotros, modestamente, ya hemos reunido, en las nacionales de 2009, los votos necesarios para uno o dos legisladores provinciales. ¿No sería mejor que intentáramos, en marzo próximo, conseguir esos legisladores, presentándonos como un frente de lucha contra los pulpos imperialistas en defensa de Catamarca y de Argentina –dos consignas nacionales si las hay? Como ves, tu kirchnerismo berreta es mortal para la causa nacional.
Te mando otra: Cristina en el primer turno –suponemos que Scioli también, si no gana el que te jedi. Sabatella no lo quiere, y tendría los votos suficientes para que Scioli pierda ante De Narváez. ¿Cristina a la Rosada, el colorado a La Plata? Hasta tu amigo el Chino le hace asco a Scioli, al que los encuestadores le asignan un rol fundamental para la reelección de CFK, y condiciona el apoyo a que un Evita vaya de vice; de nuevo, ¿son funcionales a De Nárvaez? Quizás sea éste el plan del desinformador Verbitsky, porque, como te acordarás, este colorado opositor fue uno de los primeros huéspedes de los K cuando, a fines de los 90, armaron el grupo Calafate. Cristina, por otra parte, no podría ser reelegida en 2015 -¿los sucesores son el sojero Urtubey, el biocombustible Alperovich, el minero Gioja, o el latifundista bonaerenese Scioli? Asistimos a un proceso de descomposición del llamado Frente para la Victoria, hay que ofrecer una vía de salida. De paso, ¿te acordás de tu desprecio por la lucha de clases en la ‘carta’ anterior y tu magnificación de la correlación de fuerzas desfavorable? Pues bien, mientras vos boludeabas para encubrir a Pedraza, se desató una revolución que amenaza barrer a todos los gobiernos nacionalistas degenerados del Mahgreb, apoyados, indistintamente, por los imperialismos francés y norteamericano. Claro, no hay que apresurarse –ya lo decía el general-, pero no dejemos de afilar las armas, desarrollando una fuerza política independiente de los trabajadores, revolucionaria y socialista.
Juicio y castigo a TODOS los culpables del asesinato de Mariano. Abajo el pacto CFK-Pedraza-Ugofe. Nacionalización efectiva de los ferrocarriles, bajo control de los trabajadores, organizados en un sindicato realmente independiente. Desarrollemos una fuerza política obrera y socialista, revolucionaria.
Jorge Altamira
18 de enero de 2011