Las elecciones en la UEPC, que se realizaron el pasado 24 de junio, han dejado como saldo a primera vista un aparente crecimiento de la burocrática Lista Celeste de Nebreda; a tal punto que Monserrat (nuevo Secretario General) salió a anunciar que la Lista Celeste se había alzado con un triunfo contundente y había reafirmado su gestión.
¿Qué festejan?
La euforia de la Celeste no se debe a un fortalecimiento en el seno de la docencia, sino más bien todo lo contrario. En un gremio de más de 80 mil docentes, con 35 mil afiliados, en la Capital donde se encuentran la mitad de los afiliados la Celeste sólo obtuvo 2340 votos, esto da cuenta del carácter minoritario de su representación. En el resto de la provincia donde no hay fiscales de la oposición, la Celeste exhibe ¡¡10000 votos!!, un verdadero disparate. Con el aparato de los gobiernos Nacional y Provincial atrás y del PJ, la Celeste apenas alcanzó el voto del 20% de los afiliados en la Capital, en un gremio donde el 60 % de los compañeros está desafiliado.
La Celeste festeja la falta de participación, a la cual ella misma apuesta día a día, imponiendo salarios de miseria, prometiendo planes de vivienda que nunca aparecen, entregando y aislando a los docentes frente a la presión estatal, desconociendo cuanta asamblea de base exista.
Pluricolor: MAS es menos
Quien no festejó fue la Pluricolor, de los ¿ex? celestes Cornatosky, Quaglia, Soledad García y Lita Juárez, que retrocedió de 1560 a 1449 en Capital, a pesar de haber llevado detrás a varias listas que posan de luchadoras.
Con la excusa de sacar a la Celeste, a la cual se sumaron incluso algunos luchadores, Cornatosky arma entre cuatro paredes una lista más Celeste que la Celeste, con métodos y candidatos burocráticos. Desde allí desplegó su propio aparato, para dividir al activismo y confundir a la docencia acerca de sus fines.
Pero todo esto no fue comprado por los trabajadores. Ha fracasado abiertamente la tentativa de enfrentar a la burocracia con viejos burócratas reciclados. Esperemos que los luchadores que integraron la Pluricolor sepan sacar las conclusiones del caso.
El voto a la Fucsia
En este marco, la Fucsia alcanzó el 8 % de los votos en Capital y 700 en la provincia. Con un escenario polarizado entre las listas burocráticas, la Fucsia desplegó un programa de organización de los docentes, levantando como una de sus principales consignas “por un sindicato basado en asambleas”. Sólo sus integrantes podían defender este planteo, pues las 2 listas burocráticas repudiaron y repudian la deliberación libre de los trabajadores y su capacidad de acción en consecuencia.
Sólo la Fucsia convocó a un plenario de la docencia opositora para tratar de unificarla en su lucha contra la Celeste.
Los 700 votos obtenidos son para nosotros, los integrantes de la Lista Fucsia, un decisivo apoyo de nuestros compañeros para luchar por un sindicato independiente del Estado, de los capitalistas, sin burócratas y por la plena satisfacción de nuestras aspiraciones.
Quien más en claro tiene esto es la propia Celeste. Minutos después de terminada la elección, Monserrat se ensañó con el voto Fucsia: “Los que tiraron piedras obtuvieron una votación marginal”, dijo en referencia a la autoconvocatoria de 2009. La expresión delata la verdadera preocupación de la conducción: el levantamiento de la docencia de base.
La simpatía que se manifiesta en todos las escuelas de Córdoba con la heroica huelga santacruceña es el canal en el que se desenvolverá el mandato que significa la votación de la Fucsia.
Adelante compañeros. Para los luchadores, los mandatos se cumplen.
Tribuna Docente en la FUCSIA