9 de junio de 2011

Mariano, siempre

En torno al libro "¿Quién mató a Mariano Ferreyra?"

"A falta de revolución, ustedes están haciendo la presentación permanente", bromeó Martín Caparrós en el café Die Brücke, ubicado enfrente de la facultad de Filosofía y Letras de la UBA, donde se realizó una mesa sobre "¿Quién mató Mariano Ferreyra?", con la presencia de Jorge Panesi, Jorge Altamira y el autor del libro, Diego Rojas. En cierto sentido tenía razón: a diferencia de otras publicaciones que se presentan con un evento social, un brindis y felicitaciones de rigor, desde su lanzamiento las acciones alrededor de este libro tuvieron otro carácter. Un barniz político que no podría haberse eludido, ya que el texto investiga el crimen político más relevante de esta época. Un crimen que desnuda, a la vez, las limitaciones del gobierno, la corrupción y violencia de sus socios sindicales, la tercerización de la represión y la perversidad de las relaciones capitalistas en el ferrocarril, una postal que refleja las relaciones capitalistas en la sociedad toda. Tal vez por eso Altamira, al comenzar su intervención, aludió a las palabras de Caparrós, acordó con su carácter militante y señaló, entonces, que habrían más presentaciones del texto.

Apenas salido el libro, más de trescientas personas colmaron el auditorio del CBC durante su primera presentación. Luego, el Partido Obrero impulsó otros eventos que le otorgaron un carácter militante a la publicación. Así, mientras se recordaban los siete meses del asesinato de Mariano, sus compañeros de militancia en Avellaneda organizaron una mesa que contó con la presencia de Rojas y Néstor Pitrola, que se convirtió en un sentido homenaje al revolucionario asesinado que emocionó a toda la asistencia. En Tigre, el ferroviario Nelson Bas contó cómo la patronal Ugofe, la misma que está implicada en la planificación del crimen, continuaba persiguiendo a los luchadores sindicales en el taller donde trabaja. Santiago Gándara, sec. gral. de la AGD, realizó una lectura detenida sobre el libro frente a estudiantes del Joaquín V. González. En Haedo, la agrupación Ferroviarios por el Cambio invitó al autor y Jorge Hospital, compañero de Mariano y dirigente de Causa Ferroviaria, a una mesa que presenció una treintena de activistas ferroviarios y que, al calor del debate, se convirtió en una asamblea que votó, por mayoría, avanzar en la unificación de posiciones para enfrentar a la burocracia en las elecciones gremiales. En Puán, Caparrós destacó el carácter militante del libro (y advirtió que no debía confundirse el adjetivo con el carácter que el oficialismo intenta traspasar al periodismo acrítico y justificador de todas sus acciones), mientras Panesi realizó una minuciosa y elogiosa lectura crítica del texto. En Córdoba más de 200 personas presenciaron la mesa a la que asistieron la crítica María Paulinelli, los periodistas Julián Cañas y Mariano Saravia y el dirigente del PO Eduardo Salas. Salas señaló que el libro podría haber salido después, pero que su veloz lanzamiento y las actividades en torno a él le conferían un carácter militante que le permitía al texto intervenir en la realidad política. Un profesor de esa ciudad que usa el libro como material de lectura en sus clases de literatura en una escuela nocturna para adultos, invitó al autor a su aula, poblada de trabajadores, con los que sostuvo un debate productivo. Esta ha sido una tónica de las presentaciones de ¿Quién mató a Mariano Ferreyra?, que juntaron en sus mesas no sólo a dirigentes del Partido Obrero, sino que procuraron contar con la presencia de personas que apoyan al gobierno para que el debate permitiera sacar conclusiones a quienes lo presenciaran.

El crimen de Barracas desató una tenaz intervención del Partido Obrero en la lucha contra la impunidad y por la clarificación de los móviles del asesinato, es decir, la podredumbre de la sociedad entre capitalistas y sindicalistas empresarios que sostienen la precarización laboral amparados por el gobierno, que ha continuado su alianza estratégica con la burocracia de la CGT. El autor del libro señaló que las tesis principales del texto se inspiraban en los análisis del Partido Obrero. Un libro así, entonces, no podía dejar de formar parte de la campaña que impulsa el PO.


Pablo Ramasco