Con el 36% de los votos (la votación más baja que haya obtenido un intendente electo desde el ’83 hasta la fecha), la UCR logró recuperar después de doce años la intendencia de la capital cordobesa.
La elección sirvió, además, para propinar una derrota a Campana, el candidato del gobernador Schiaretti, quien quedó tercero, con el 21%, siete puntos por debajo de Olga Riutort, que fue por fuera del PJ oficial.
Esteban Dómina, el candidato de Juez y Binner, quedó cuarto con menos del 8% de los votos. Entre el 7 de agosto, cuando fueron las elecciones provinciales, y el domingo pasado, el Frente Cívico perdió en la Capital más de 200 mil votos y se redujo a la quinta parte.
Para Schiaretti y varios comentaristas políticos en Córdoba, los resultados habrían marcado el retorno al bipartidismo ‘clásico': el radicalismo en lugar del juecismo.
Sin embargo, el 7 de agosto ganó Juez; el 14, Cristina, y ahora Mestre: ninguno tiene asegurado nada. Cristina no tendrá representantes propios ni en la Legislatura provincial ni en el Concejo capitalino; De la Sota no los tiene en el municipio; Alfonsín apenas superó el 15% en las primarias nacionales en este distrito. El intendente electo, Ramón Mestre, llamó a la convivencia a De la Sota y Cristina.
La economía provincial, por su parte, entró en terreno farragoso: la industria automotriz local está en alerta rojo ante los anuncios recesivos que vienen de Brasil. Tampoco están bien las finanzas provinciales. La deuda contraída aumentó un 10% en 18 meses como resultado de la paulatina devaluación del peso, los Boncor (bonos de la provincia) habían sido emitidos con un dólar a 3,82. El gobierno provincial salió a endeudarse por otros 278 millones de dólares.
Frente de Izquierda
El Frente de Izquierda retrocedió en votos respecto de las elecciones anteriores. Obtuvimos 9.300 votos, el 1,4% de los válidos, cuando en la Ciudad habíamos conseguido el 2,5% para gobernador el 7 de agosto y el 6% para presidente en las ‘primarias'.
La posibilidad de consagrar concejales se plasmó en una campaña (repartimos casi 100 mil ejemplares de nuestra plataforma). Tuvimos en contra el poco conocimiento de nuestros candidatos por parte del electorado y la feroz campaña mediática de los tres primeros (se calcula que gastaron cerca de 70 millones de pesos). No contamos con la ventaja del amplio reconocimiento con que cuentan Liliana Olivero y Eduardo Salas, ni del de Jorge Altamira, ni del impacto de la campaña por los 400 mil votos. De alguna manera refleja una aún débil influencia del Frente de Izquierda como tal en la provincia. Otra circunstancia negativa es la imposibilidad que impone el sistema de votación para separar el voto a intendente del voto a los concejales.
Ahora tenemos el desafío de superarnos el 23 de octubre.
Eduardo Salas