Desde hace seis semanas los trabajadores de los hospitales están en lucha, con paros, movilizaciones, cortes de calles, escraches.
Reclaman un salario básico de 6.000 pesos (hoy están en 2.600), la incorporación de 5.000 enfermeras y la efectivización de contratados y monotributistas.
La lucha abarca desde los médicos hasta los empleados administrativos y de mantenimiento, pasando por los de enfermería, laboratorio y otros, y también los residentes médicos que en su mayoría no cobran y los que sí lo hacen no superan los 1.500 pesos, con jornadas de hasta 32 horas seguidas.
El sistema de residencias se convirtió en el principal sostén de hospitales públicas y clínicas privadas en una verdadera superexplotación avalada por la Universidad Nacional de Córdoba.
Estamos ante un verdadero colapso de la salud pública llevada a cabo en beneficio de grandes grupos capitalistas, a los cuales el gobierno les ha entregado servicios enteros de los hospitales públicos usufructuando los edificios y el presupuesto de salud.
Schiaretti mantiene la negativa a siquiera discutir, argumentando que debe hacerlo el nuevo gobierno. Sin embargo su gestión terminará con el envío del presupuesto 2012 a la Legislatura provincial. Allí quedará blanco sobre negro que el gobierno no piensa dejar de pagarle un solo peso o dólar a los usureros, que seguirá sin cobrarles impuestos a los grandes grupos capitalistas (les perdonan todos los años 4.000 mil millones de pesos a los pools sojeros y más 1.000 millones a los pulpos industriales, los mismos que rápidamente suspenden o despiden trabajadores), que seguirá "invirtiendo" en obras innecesarias que son fabulosos negociados para las empresas amigas del poder. Para los trabajadores del Estado ya adelantaron que se prevé un aumento salarial no superior al 14% en cuota cuotas. Como se ve muy lejos todo de lo reclamado.
Nace un activismo independiente
Las varias maniobras que el gobierno realizó para quebrar la lucha fracasaron. El sindicato reconocido por el estado provincial es el de empleados públicos (SEP) cuyo secretario general es legislador electo por el oficialismo. Sin embargo su incidencia en el conflicto es cada vez menor, no sólo hay otros sindicatos no reconocidos por el estado como ATE y UPS, sino que además surgió un interhospitalaria que funciona con delegados de las asambleas de los hospitales y que desconoce al SEP; las enfermeras se agruparon en "Enfermeras Unidad" y son el gran motor en esta etapa de la lucha, los mismo sucede con los residentes que ya habían salido a la calle varias veces en el año. Este desarrollo de la lucha choca con la intransigencia oficial que considera a la salud como una "variable de ajuste" además de un gran negocio para los pulpos de la medicina que cotizan en las bolsas internacionales. Schiaretti y su sucesor se erigen como representantes de ese negocio.
Está claro a esta altura para un sector cada más importante de la población que lo que está en juego no es meramente un reclamo gremial, que lo que se está peleando es el futuro de la salud de 3 millones de cordobeses, sobre esta base llamamos a un gran movilización popular que garantice el triunfo de la lucha y una salud pública y gratuita para todos.
E. S.