El llamado proceso de “apertura” tenía la expectativa de contar con una intervención de España y Brasil -la primera mediante Repsol, con la exploración y explotación de crudo, y el segundo con la explotación del etanol y la participación de Petrobras en el área de la exploración petrolera.
La restauración en Cuba se encuentra en un impasse que se expresa en el relevamiento sistemático de altos funcionarios.
La Iglesia, el árbitro
En este escenario, Benedicto llegó a Cuba con un pan bajo el brazo: el viaje del Papa permitió “la llegada de por lo menos unos 700 cubano-norteamericanos desde Miami durante esta visita pastoral”, lo cual implica una “nueva relación (del gobierno cubano) con los exiliados”. “Muchos de los dos millones de exiliados cubanos que envían todos los meses a esta isla 300 millones de dólares volvieron a pisar su tierra en estos días después de 53 años, gracias a la visita del Papa” (Clarín, 3/4). El gobierno cubano está evaluando la forma de “blanquear” esa enorme suma de dinero. En esa línea, la Iglesia mantiene convenios con la Universidad de La Habana, en donde dicta una “maestría en administración de empresas” (La Nación, 29/3).
La visita de Benedicto fue recibida por una movilización impulsada desde el Estado mismo. Benedicto, como respuesta, no recibió a ningún grupo opositor -ni siquiera a las Damas de Blanco. La Iglesia fue la mediadora directa en las últimas liberaciones de presos políticos en la isla. La posición de la Iglesia acrecentó las divisiones al interior de la llamada disidencia. “Dividida y aislada, la disidencia cubana pierde apoyo social” fue la descripción de La Nación.
El imperialismo
Las crisis de la disidencia expresa las divisiones del imperialismo en torno al proceso de restauración capitalista en la isla. “Mientras Menoyo es partidario de un acercamiento con el régimen, Roque representa al anticastrismo más furibundo” (ídem). De la misma forma, dentro de la burguesía cubana expropiada que vive en Miami ha crecido la posición de llegar a un acuerdo con los Castro -lo que se expresó en un vuelco electoral hacia los demócratas en las elecciones que le dieron el triunfo a Obama y en la delegación que participó del viaje de Benedicto.
Diego Mendoza