La Conferencia Sindical convocada por el Partido Obrero -que se reunió durante diez horas el sábado 14 de abril, en el auditorio central y en una docena de aulas de la Facultad de Sociales, sede Constitución- congregó a 1.680 delegados obreros y sindicales de 17 provincias de unos 120 sindicatos de todo el país. Trescientos veinticinco compañeros integraron delegaciones del interior del país, 78 del interior de la provincia de Buenos Aires. También sesionó una comisión de algo más de 20 abogados, quienes militan en la defensa jurídico-laboral, sindical y penal de los luchadores.
La deliberación se hizo bajo la presidencia honoraria de Mariano Ferreyra, moción votada por aclamación, de pie, con un aplauso que duró varios minutos e invadió completamente de emoción a todos los participantes. Este comienzo fue un testimonio vivo, sin más análisis, del papel que ocupó la lucha de los tercerizados ferroviarios y por la cárcel de Pedraza y su patota. En el informe inicial de Néstor Pitrola, como en el de cierre de Jorge Altamira, fue recordado Gregorio Flores, dirigente del Sitrac-Sitram (emblema del clasismo de la época del Cordobazo) y militante del Partido Obrero.
El informe inicial, político-sindical, ubicó la realización de la Conferencia como parte del proceso político del XXII Congreso del Partido Obrero, que se realizará en julio próximo -o sea la discusión de un programa que consolide los avances realizados por el PO y abra nuevos desarrollos, así como la intervención en el Frente de Izquierda. El plenario estuvo presidido por una Mesa compuesta por 35 dirigentes de otros tantos gremios.
En la apertura, se dirigieron al plenario representantes de cuatro sectores en lucha: la Línea 60 (que participó con una delegación de diez compañeros), Papelera Azul (ocupada por sus trabajadores), el Centro Gallego en lucha contra el vaciamiento y un delegado del subterráneo, el cual está en un plan de paros por su paritaria. Desde la Mesa fueron destacadas las luchas del Inti (paros de 72 horas), de la mecánica Pettinari (en lucha contra el vaciamiento) y de la gráfica Cedinsa, por salarios. También fue saludada la conquista de AGD, que revirtió la jubilación adelantada de 700 docentes. Un dirigente docente de Santa Cruz, acompañado por un activista petrolero, trasmitió un saludo especial de Víctor Oñate a la Conferencia, quien fue recientemente liberado luego de ocho meses de prisión por la huelga petrolera. Se denunció que, al mismo tiempo, otros dos compañeros fueron encarcelados por la participación en los conflictos que tienen lugar en la actualidad.
El 40 por ciento de los participantes pertenecen a gremios industriales y del transporte. La Comisión del transporte deliberó con compañeros ferroviarios -de todos los ferrocarriles-, de UTA, aeronáuticos, subte, peajes, camioneros y portuarios. La delegación industrial más numerosa no correspondió esta vez a los gráficos (más de 50), sino a los metalúrgicos. Fueron numerosas las delegaciones de la construcción, Smata -de cinco automotrices, dos autopartistas y algunas concesionarias-, plásticos, químicos, papeleros, lecheros, madereros, cuero, caucho, aguas gaseosas, aceiteros, alimentación, carne, textiles, perfumistas, confiteros. Deliberó una comisión de fábricas recuperadas, con viejas y nuevas experiencias como Brukman o el frigorífico Resistencia y Papelera Azul. Fue absolutamente masiva la Comisión de tercerización y trabajo precario, donde se destacaron los call centers y empleados de comercio con sus agrupaciones. Los docentes tuvieron una comisión propia, con más de 300 participantes de las 17 provincias y, por separado, una enorme comisión de más de 60 dirigentes y delegados docentes universitarios de seis provincias y de ambas Conadu. Ha sido acelerado el crecimiento en judiciales a partir de las huelgas, también en bancarios y en municipales de la Capital. Se apreció, al mismo tiempo, un crecimiento en gremios ya presentes en la Conferencia Sindical precedente, realizada en 2009, como telefónicos de distintas localidades, comercio, estatales y otros.
Deliberaron, entre las sesiones plenarias, durante tres horas, diez comisiones que produjeron, sin excepción, resoluciones escritas, las que serán publicadas en forma de folleto o de libro, junto a la desgrabación de los informes centrales y a los materiales principales de la convocatoria a la Conferencia.
El eje político lo constituyó la caracterización de un “giro de fondo” o de “un punto de viraje” en la situación política, caracterizado por el agotamiento del “modelo” kirchnerista y la crisis política consecuente. Los topes en las paritarias fueron denunciados por su objetivo de “anclar” la inflación por la vía de la reducción del poder adquisitivo de los salarios -y jubilaciones-, en la versión argentina de hacer pagar la crisis mundial a los trabajadores. Anticipando su fracaso, se caracterizó que son un recurso para ir al tarifazo -en parte postergado en el caso del transporte, por la crisis con la transferencia del subte y, por sobre todo, por la masacre de Once. La Conferencia coincidió, en todas sus comisiones, en que el ajuste arranca con una crisis política -Boudou, Scioli-Mariotto, Peralta-La Cámpora en Santa Cruz- del gobierno cristinista y con crisis política del gobierno con los sindicatos.
Frente a la crisis de la CGT, el plenario señaló su carácter distraccionista, ya que pone afuera la lucha contra el ajuste. Asimismo, fue destacada la dedocracia del gobierno, el cual decide la conducción de la CGT. Cómplice de los topes salariales, Moyano revela una tendencia a pactar un recambio en la cúpula de la CGT.
La campaña central que fue votada apunta a las paritarias, con los reclamos de 6.000 pesos de básico, indexación salarial, 82% móvil, pase a planta y la lucha por mandatar a los paritarios y que ningún convenio se firme sin pasar por asambleas de base. En una experiencia de vanguardia, la Lista Naranja y los cuerpos de delegados de base han jugado un gran papel para imponer paritarios de base en el gremio de Prensa, donde las paritarias han sido inexistentes prácticamente desde los ’90. Otra gran experiencia fue la de Tribuna Docente, que a partir de un congreso contra “la paritaria del ajuste”, el 10 de febrero motorizó, primero, un movimiento de agitación y luego impulsó los paros provinciales y al Encuentro Opositor, que tuvo lugar en Neuquén y el propio paro nacional de la Ctera. Un alto funcionario del Ministerio de Trabajo denunció que “Tribuna Docente del Partido Obrero empujó a Yasky al paro nacional”.
Se fijaron campañas y orientaciones políticas por decenas. Desde la salida sistemática y la difusión masiva del boletín del Sitraic, la formación de una agrupación nacional clasista en la Uocra, la formación de una agrupación municipal provincial bonaerense hasta la lucha por una asamblea general inmediata en el gremio de Prensa y las campañas para llevar a la victoria la lista gráfica o apoyar la lista de la alimentación, o el planteo de afiliación masiva al gremio de la carne y unificación en asamblea común de los frigoríficos en lucha en el Chaco, como el Tobas y el Resistencia, de modo que la experiencia de gestión cooperativa se integre a la lucha de la clase obrera -una orientación resistida por todo el arco cooperativista ligado al gobierno y a la centroizquierda. La docencia fijó una línea por la reapertura de las paritarias en el segundo semestre que vale para todo el arco estatal y, al mismo tiempo, el apoyo a las luchas autoconvocadas en curso como Catamarca. Se fijó una política nacional por un congreso de las asociaciones en lucha de docentes universitarios para quebrar el divisionismo de los aparatos yaskistas o michelistas, que vale igualmente para toda la disgregada CTA.
La Conferencia caracterizó la fase de la transición como la de la conquista de los cuerpos de delegados. Definió para ello la formación de agrupaciones clasistas en los lugares de trabajo y en los gremios. Frente al confederal burocrático convocado para julio, denunciamos su carácter distraccionista y la orientación de reforzar la cooptación que ejerce el gobierno, que Moyano avala con su complicidad ante el ajuste del gobierno contra los trabajadores. En oposición a este pseudo-congreso de la CGT, la Conferencia reclamó un congreso de delegados mandatados por asamblea, que resuelva un plan de lucha por las reivindicaciones y elija una dirección para llevarlo adelante.
La Conferencia debatió una campaña por la derogación de la Ley de Asociaciones Profesionales, instrumento de regimentación estatal; la defensa de los sindicatos que enfrentan al sindicalismo oficial (Sute, construcción, mineros); por una unidad obrera y sindical por industria y confederal, basada en la democracia obrera y la independencia política de la clase obrera y sus organizaciones.
Néstor Pitrola destacó en su informe una línea de trabajo para la formación de una lista antiburocrática en las próximas elecciones ferroviarias. Por otro lado, convocó a organizar una participación de masas el 1º de Mayo, en el acto convocado por el Frente de Izquierda, con contingentes fabriles como la primera y más inmediata acción de lucha resuelta por esta Conferencia.
El cierre de Jorge Altamira subrayó el carácter internacionalista que tendrá del acto del 1º de Mayo, en el marco de una tendencia mundial de rebeliones y revoluciones en Asia, Africa y Europa, así como de un desplazamiento político hacia la izquierda.
Al cabo de la votación del plan de acción, se eligió una coordinadora nacional para llevar adelante las resoluciones votadas, con el objeto, además, de formar coordinadoras locales allí donde los plenarios locales (que se realizarán luego de la Conferencia Nacional) lo estimen maduro y necesario.
Néstor Pitrola