En este momento, Argentina tiene un conflicto internacional, porque se ha corrido la bola de que van a nacionalizar el petróleo. Pero en esa discusión sobre el petróleo, lo que está verdaderamente en juego es cuál va a ser el precio de la nafta, cuál va a ser el precio del gasoil. Porque hagan lo que hagan con YPF, el que se haga cargo de YPF solamente va a poder funcionar como capitalista, sea el Estado o sea un privado, y solamente va a poder funcionar como capitalista si mete un tarifazo en materia petrolera.
La carestía del petróleo está provocando movimientos revolucionarios en todo el mundo. Es el principal factor de crisis en países como Italia y Francia. El precio de la nafta en Estados Unidos es el más alto de la historia en el surtidor, y los analistas dicen que Obama podría perder las elecciones solamente si no controla el precio de la nafta, porque tienen como adversario a un cero a la izquierda. Es decir que estamos en una situación de explosión económica. Y a la luz de esta explosión económica es que se entiende lo que está ocurriendo con las paritarias.
(…)
“Lo que está ocurriendo con YPF es un punto de ruptura, donde se corre de una etapa a otra. YPF fue llevada al derrumbe por Néstor y Cristina Kirchner, por La Cámpora, por los kirchneristas. Ellos saquearon YPF, apoyaron la privatización, la regalaron por chaucha y palitos cuando el precio del barril estaba en diez dólares y ahora está en 120. Se llevaron la plata afuera del país, defendieron la privatización, luego permitieron que Repsol no invierta, saquearon las reservas, mandaron las utilidades al extranjero, metieron a Eskenazi (un capitalista amigo de los Kirchner), que entró sin poner un peso y pagaba su compra con las utilidades futuras de la empresa. Naturalmente, que sin las utilidades futuras de la empresa no se puede invertir. Fue una maniobra para remitir dividendos al exterior. ¿Por qué dividendos al exterior? Porque los accionistas de Repsol están quebrados. Son constructoras que intervinieron en la especulación inmobiliaria; para evitar la quiebra, necesitan plata de todos lados, y se la sacan a la Argentina. Es un punto de ruptura porque es una crisis estructural.
“La clase obrera argentina debe comprender que las empresas de servicios y el petróleo tienen que estar en manos de la clase obrera. Para nosotros la nacionalización del petróleo no es la estatización burguesa del petróleo, es la toma del petróleo por parte de la clase obrera. Es decir, la nacionalización bajo control obrero y gestión obrera de la actividad de las empresas estatales del petróleo. Es así como lo entendemos nosotros y no como quiere el gobierno, que está calculando cuánta plata le va a sacar a la Anses para pagar la nacionalización de YPF. Cualquiera hace negocios con la plata del otro, en este caso con la plata de los jubilados. ¡Es un robo! Detrás de la estatización que sugiere el gobierno, hay una estafa al pueblo argentino. Cuando el Partido Obrero habla de estatizar y nacionalizar, lo que está diciendo es la toma del recurso por parte de los trabajadores. Cualquier otra cosa es una estatización violatoria de los intereses populares, en beneficio de los grupos capitalistas.
“Por eso, compañeros, porque se habló de un punto de viraje, me refiero a esto, a la quiebra de un sistema y a la inevitabilidad de la crisis. Este punto de viraje es lo que tenemos que tener presente en la actividad cotidiana, porque no puede haber una actividad cotidiana sindical, estudiantil o de cualquier orden sin una perspectiva de tipo más general.”
“Lo que está ocurriendo con YPF es un punto de ruptura, donde se corre de una etapa a otra. YPF fue llevada al derrumbe por Néstor y Cristina Kirchner, por La Cámpora, por los kirchneristas. Ellos saquearon YPF, apoyaron la privatización, la regalaron por chaucha y palitos cuando el precio del barril estaba en diez dólares y ahora está en 120. Se llevaron la plata afuera del país, defendieron la privatización, luego permitieron que Repsol no invierta, saquearon las reservas, mandaron las utilidades al extranjero, metieron a Eskenazi (un capitalista amigo de los Kirchner), que entró sin poner un peso y pagaba su compra con las utilidades futuras de la empresa. Naturalmente, que sin las utilidades futuras de la empresa no se puede invertir. Fue una maniobra para remitir dividendos al exterior. ¿Por qué dividendos al exterior? Porque los accionistas de Repsol están quebrados. Son constructoras que intervinieron en la especulación inmobiliaria; para evitar la quiebra, necesitan plata de todos lados, y se la sacan a la Argentina. Es un punto de ruptura porque es una crisis estructural.
“La clase obrera argentina debe comprender que las empresas de servicios y el petróleo tienen que estar en manos de la clase obrera. Para nosotros la nacionalización del petróleo no es la estatización burguesa del petróleo, es la toma del petróleo por parte de la clase obrera. Es decir, la nacionalización bajo control obrero y gestión obrera de la actividad de las empresas estatales del petróleo. Es así como lo entendemos nosotros y no como quiere el gobierno, que está calculando cuánta plata le va a sacar a la Anses para pagar la nacionalización de YPF. Cualquiera hace negocios con la plata del otro, en este caso con la plata de los jubilados. ¡Es un robo! Detrás de la estatización que sugiere el gobierno, hay una estafa al pueblo argentino. Cuando el Partido Obrero habla de estatizar y nacionalizar, lo que está diciendo es la toma del recurso por parte de los trabajadores. Cualquier otra cosa es una estatización violatoria de los intereses populares, en beneficio de los grupos capitalistas.
“Por eso, compañeros, porque se habló de un punto de viraje, me refiero a esto, a la quiebra de un sistema y a la inevitabilidad de la crisis. Este punto de viraje es lo que tenemos que tener presente en la actividad cotidiana, porque no puede haber una actividad cotidiana sindical, estudiantil o de cualquier orden sin una perspectiva de tipo más general.”