21 de junio de 2012

CORDOBA: SUSPENSIONES EN RENAULT

Emerge el iceberg

Las suspensiones en la industria metalmecánica avanzan a pasos agigantados. Fiat suspendió tres días al 50% de su personal. Argumenta las trabas a las importaciones de piezas; pero lo cierto es que Fiat viene suspendiendo desde febrero, y el motivo central parece estar en que el 80% de su producción va al mercado brasileño.

La empresa Renault decidió implementar un plan de suspensiones que afectarán a la totalidad de los 2.000 trabajadores de su planta de Córdoba (siete días en este mes, divididos en cuatro semanas).

Estas suspensiones no son las primeras de la empresa: ya las había ejecutado durante los últimos meses del año pasado.

La importancia que cobra esta decisión de Renault estriba en que se presenta por primera vez como un plan (es decir, se plantea la persistencia de estas medidas por un período) y en que se justifica como resultado de la necesidad de “regular stock”, con lo que se reconoceo una “desaceleración” de la industria a niveles regionales. Hasta ahora habían sido justificadas como respuestas ante lo que llamaban situaciones coyunturales, o debido a los conflictos aduaneros provocados por las medidas de control de las importaciones de Moreno.

La razón para “regular stock” radica en la caída del mercado brasileño; las exportaciones de autos cayeron 45,7%, respecto de mayo de 2011, la mayor parte de estas se destina a ese país. El presidente de Adefa (la asociación de fabricantes), Viktor Klima, consideró que los datos del último mes y los acumulados “reflejan un reacomodamiento de los mercados a nivel global, en cuyo marco las exportaciones argentinas disminuyeron en 52.000 unidades en lo que va de 2012, de las que 49.000 corresponden a Brasil, el principal mercado de destino” (citado por Urgente24, 5/6). Adefa informó también que en mayo la producción registró una suba del 9,9%, respecto de abril (que había sido pobre) y una baja del 24,4%, con relación a mayo del año pasado (que había sido extraordinario). Si se comparan los cinco primeros meses de 2012 con igual período de 2011 se observa que se registró una baja del 10,5%.

El aumento en mayo de los patentamientos en el mercado interno no cambió esta situación, ya que la mayor parte de los 0 km vendidos son producidos en Brasil. De todas maneras, la mejora de las ventas en nuestro país no expresan un expansión del consumo, sino muy posiblemente la derivación del ahorro a raíz de las restricciones a la compra de dólares, lo que está ocultando la propia caída del consumo interno.

La crisis la pagan los trabajadores

Las suspensiones revelan que la orientación de los capitalistas frente a la crisis apunta a descargársela a los trabajadores. La burocracia acepta esta política, y considera que los obreros mecánicos están “blindados” por el pago del 75% del salario durante los días de parate.

Esto es una verdad a medias; o sea, una mentira total. Las suspensiones son la antesala de los despidos: la crisis tiende a agravarse; la caída del mercado brasileño expresa una crisis más profunda en el país vecino, como resultado de la bancarrota mundial capitalista: “En Brasil hay una mora creciente en la devolución de los créditos personales y comerciales, incluso el ‘defol’. El intento del Gobierno de Rousseff de contener esta quiebra, con una reducción de la tasa de interés que pagan los deudores, favorece la salida de capitales. La devaluación del real, la moneda de Brasil, ha alcanzado el 30% en menos de un mes, lo que pone en dificultades al comercio de Argentina” (PO Nº 1.222).

Además, un recorte salarial por las suspensiones agrava la caída ya producida por el corte de las horas extras; es decir, es un golpe muy fuerte en corto tiempo al bolsillo del trabajador, en el marco de una inflación creciente y de subas de impuestos y de tarifas. Por otro lado, la cláusula del 75% no incluye a parte de los trabajadores tercerizados ni a los autopartistas, cuya situación es mucho más grave: siete empresas del sector pidieron el recurso preventivo de crisis para abaratar costos laborales y violaciones a convenios. Tampoco contempla los miles de trabajadores contratados por las consultoras, cuyos contratos dejan de ser renovados. Se concluye que las suspensiones son la punta de cientos de despidos.

Que la paguen los capitalistas

Para que no sean los trabajadores los que paguen la crisis hay que meter la mano en los bolsillos de las multinacionales, que han hecho fabulosas ganancias, con escasa inversión, con un aumento de la productividad, con el pago de bajos salarios y parasitando las arcas públicas por la gestión de los Gobiernos de la Provincia y de la Nación, que les otorgaron subsidios, eximiciones e infraestructura gratis.

El Smata y la UOM deben convocar a asambleas de fábricas, que unifiquen a todos los trabajadores, y congresos de delegados de todo el sector metalmecánico, para votar un plan de acción y para imponer la prohibición de los despidos y de las suspensiones, el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario, la apertura de los libros de las empresas bajo control obrero y la prohibición de repatriación de utilidades a las multinacionales.

Eduardo Salas