Las razones para parar y movilizarse en la jornada de lucha del próximo miércoles 27 están fuera de duda.
El falso “impuesto a las ganancias” confisca el salario de dos millones de trabajadores.
Con nuestros sueldos bancamos los subsidios a los privatizadores y a los usureros de la deuda pública.
Al paro camionero de la semana pasada, el gobierno respondió con la gendarmería, la amenaza de intervención al sindicato y el procesamiento de sus dirigentes.
El gobierno arrojó contra los trabajadores en huelga toda la fuerza del Estado. La misma que nunca puso en juego contra los especuladores capitalistas.
El 27 nos movilizamos también en defensa del derecho de huelga y contra la criminalización de la protesta.
El paro camionero planteó también un aumento salarial del 30%. Con ello, ganó la simpatía de muchos trabajadores que vieron cerrar sus paritarias con aumentos inferiores.
Pero el acuerdo firmado por Moyano deja al salario camionero por debajo de un incremento efectivo del 20%, promedio anual. El mismo “techo” salarial prometido por Cristina Kirchner a las patronales.
El Partido Obrero llama a marchar para rechazar este cepo a las paritarias y exigir un salario igual la canasta familiar que se actualice con la inflación.
El reclamo contra el impuesto al salario también debe ser precisado. El gobierno dice que se reajustará el mínimo no imponible después del congreso de la CGT. Pero ese aumento no sería mayor al 20%, como las paritarias. En ese caso, el robo al salario quedaría igual que siempre.
Lo que debemos reclamar es la derogación del impuesto al salario, o un piso de 15.000 pesos. Y una asignación familiar de 700 pesos por hijo para todos los trabajadores.
El kirchnerismo ha salido a atacar a esta marcha como “golpista” y “funcional a las corporaciones”. Pero la plata del impuesto al salario va a rescatar a los privatizadores y a los usureros de la deuda, o sea, las corporaciones que el gobierno viene rescatando desde 2003.
El ajuste que se ha puesto en marcha exige convertir a los sindicatos en una sucursal de la Casa Rosada.
Después de sus choques con el gobierno, Moyano ha buscado el respaldo de Scioli o Lavagna. Pero estos nuevos aliados son partidarios de devaluar la moneda o de los tarifazos. Scioli ha rechazado el propio paro convocado por Moyano.
El sometimiento político a los ajustadores capitalistas –del gobierno o de la oposición- lleva nuestra lucha a una vía muerta.
El paro de este miércoles debe servir para discutir, en todos los gremios y lugares de trabajo, un programa integral de la clase obrera. Y una salida propia de los trabajadores frente al derrumbe del “modelo” oficial.
Por paritarias sin techo, por la derogación del impuesto al salario y 15.000 pesos de mínimo para su aplicación; salario familiar para todos; salario igual a la canasta familiar indexado mensualmente; ningún despido ni suspensión; no al tarifazo. Por un Congreso de Bases de todo el movimiento obrero para votar un plan de lucha contra el “ajuste”. Por la independencia política de la clase obrera; por una alternativa política propia.
Realicemos asambleas en todos lados para impulsar la jornada de lucha en TODOS los gremios.
PARTIDO OBRERO, en el Frente de Izquierda.