El martes 5 de febrero, Eduardo Salas y la legisladora Liliana Olivero, en nombre del Frente de Izquierda, presentaron, acompañados por una delegación de vecinos de Malvinas Argentinas, un proyecto de ley para que se prohíba “en todo el territorio de la provincia de Córdoba la instalación y funcionamiento de la empresa Monsanto Argentina SAIC, por sí misma o en asociación con otras empresas” (artículo 1º).
La instalación de Monsanto en la localidad de Malvinas Argentinas (la primera de tres plantas en el territorio cordobés) ha provocado multitudinarias movilizaciones de rechazo. Destacados profesionales y especialistas han producido informes lapidarios sobre las consecuencias irreversibles para la salud de la población del lugar y de la provincia. Denuncias e informes internacionales han corroborado las conclusiones a que se arribaron en Córdoba y en el país.
A pesar de ello la intendencia radical de Malvinas ha dado permiso para la ejecución de obras para la instalación de la empresa. Una cámara de apelaciones dio la razón a los vecinos que reclamaban frenar todas las obras hasta que se cumpla con la ley. El intendente ha decidido apelar esta decisión para dar vía libre a la continuidad de las obras “civiles” e ir “ganando terreno”.
El proyecto de ley presentado por el FIT no hace más que hacer efectivas las prevenciones establecidas en la ley general de ambiente y que con chicanas tanto gobiernos como empresas están sorteando.
Monsanto actúa con el respaldo tanto de Cristina Kirchner, que le dio a la empresa en Nueva York la bienvenida a Córdoba; de De la Sota y todo el gobierno provincial, y de la UCR que gobierna el municipio. Como se ve, Monsanto consiguió el “milagro” de unir a dos declarados archienemigos, De la Sota y CFK, nada difícil teniendo en cuenta la profunda sumisión a los grandes capitalistas por parte de estos gobiernos.
Con este proyecto damos un mayor impulso a la movilización contra la instalación de Monsanto en Malvinas Argentinas.
La instalación de Monsanto en la localidad de Malvinas Argentinas (la primera de tres plantas en el territorio cordobés) ha provocado multitudinarias movilizaciones de rechazo. Destacados profesionales y especialistas han producido informes lapidarios sobre las consecuencias irreversibles para la salud de la población del lugar y de la provincia. Denuncias e informes internacionales han corroborado las conclusiones a que se arribaron en Córdoba y en el país.
A pesar de ello la intendencia radical de Malvinas ha dado permiso para la ejecución de obras para la instalación de la empresa. Una cámara de apelaciones dio la razón a los vecinos que reclamaban frenar todas las obras hasta que se cumpla con la ley. El intendente ha decidido apelar esta decisión para dar vía libre a la continuidad de las obras “civiles” e ir “ganando terreno”.
El proyecto de ley presentado por el FIT no hace más que hacer efectivas las prevenciones establecidas en la ley general de ambiente y que con chicanas tanto gobiernos como empresas están sorteando.
Monsanto actúa con el respaldo tanto de Cristina Kirchner, que le dio a la empresa en Nueva York la bienvenida a Córdoba; de De la Sota y todo el gobierno provincial, y de la UCR que gobierna el municipio. Como se ve, Monsanto consiguió el “milagro” de unir a dos declarados archienemigos, De la Sota y CFK, nada difícil teniendo en cuenta la profunda sumisión a los grandes capitalistas por parte de estos gobiernos.
Con este proyecto damos un mayor impulso a la movilización contra la instalación de Monsanto en Malvinas Argentinas.
E. S.