La reforma cancela el derecho a presentar medidas cautelares contra actos del Estado. Por ejemplo, cuando nos aplican tarifazos y otros atropellos al interés popular. En cambio, le otorga a ese mismo Estado la facultad de interponer cautelares contra las huelgas estatales. La reforma crea tribunales intermedios para obstaculizar todavía más los juicios laborales o previsionales. De ese modo, refuerza la tendencia a dilatar en el tiempo los fallos en favor de jubilados.
La reforma no suprime al Consejo de la Magistratura, el órgano donde se hacen los arreglos a espaldas del pueblo para designar a jueces, lo que siempre favorece a los grandes estudios jurídicos vinculados a las multinacionales. El Consejo será elegido por sufragio popular pero no será revocable con el mismo método; los jueces conservarán la condición vitalicia.
La reforma y el 18A
La oposición tradicional –de Macri al centroizquierda- se opone a esta ‘reforma’ en defensa del orden tradicional, que actúa, salvo excepcionalmente, contra el pueblo. Denunciamos este intento de canalizar a favor de la derecha el repudio popular a la corruptela y los manotazos K. No se puede esperar nada bueno de los mismos que pisotearon la independencia judicial bajo Menem y De la Rua; confiscaron los ahorros, las jubilaciones y los ingresos.
Desarrollemos una alternativa a una polarización mentirosa
El Partido Obrero llama la atención a los trabajadores y al conjunto de la ciudadanía de la crisis planteada, solamente tiene una solución positiva con la izquierda independiente y revolucionaria. Los responsables de la deuda externa y de las inundaciones son los oficialistas y los ‘opositores’; los K, los ex K y los que pactan negocios inmobiliarios con los K. No es casual que las asambleas de vecinos afectados por las inundaciones reclaman “que se vayan todos”.
Llamamos a desarrollar asambleas populares para organizar cacerolazos en función de los intereses populares.
PARTIDO OBRERO en el Frente de Izquierda
