Luego de más de 15 días de huelga, los docentes de los colegios preuniversitarios Manuel Belgrano y Monserrat obtuvieron el compromiso, por parte del rectorado, de pagar el bono adeudado desde fines del año pasado, que la rectora Scotto desconocía.
Con esta conquista, los preuniversitarios han salido fortalecidos para avanzar en el resto de los reclamos. Es así que la asamblea, la que resolvió aceptar el acuerdo y volver a clases, se declaró en alerta por las paritarias nacionales, plegándose a las medidas de lucha para rechazar la irrisoria propuesta salarial del 20% que ofreció el gobierno nacional y exigiendo un 30% de aumento. También fijó la convocatoria a nueva asamblea para evaluar el cumplimiento de los compromisos asumidos por el rectorado.
El rol del gremio docente (Adiuc), conducido por la oficialista Naranja, fue lamentable. Convocó a un paro aislado de 24 horas, luego de una semana de huelga de los preuniversitarios. La respuesta de la docencia en lucha fue contundente: continuar el paro hasta la victoria.
El gremio no puede ser un apéndice de las políticas del rectorado. Por el contrario, es necesario preparar -mediante asambleas en las facultades y colegios- la defensa del salario y -tomando el camino iniciado por los preuniversitarios- avanzar hacia una asamblea unitaria de la docencia, que vote un plan de lucha por el 30% y la reapertura de las paritarias locales para atender los reclamos pendientes. Hay que tener en cuenta que la Conadu Histórica ha rechazado la paritaria por 16 meses, que sí firmó la burocracia de Conadu -donde está Adiuc ¿Cuál es la posición de Córdoba?
El recientemente electo rector, Francisco Tamartit, sucesor de Scotto, viene a dar continuidad a la gestión K que hasta hoy gobierna la UNC. El triunfo de los preuniversitarios debe ser tomado por el conjunto de la comunidad universitaria para rechazar el ajuste en marcha de manera organizada, independiente y combativa.
Cintia Frencia