Cuando se acerca el final de la campaña hacia las primarias de agosto, se va acentuando el derrumbe de la oposición centroizquierdista a De la Sota. Se trata fundamentalmente del juecismo. Pero también de la lista kirchnerista, que fue armada como una variante progresista al gobierno provincial.
A pesar de no ser candidato, Luis Juez ha decidido incorporarse abiertamente en la campaña, y junto con Binner aparecen en los spots de campaña. A pesar de ello, los candidatos del Frente Cívico no logran pasar el 5%, un derrumbe en picada y sin paracaídas.
La elección terminaría de confirmar el fracaso del centroizquierda como alternativa, no sólo al PJ sino incluso a la UCR. Juez irrumpió en el escenario electoral como una expresión deformada de la quiebra de los partidos políticos luego del Argentinazo. Quedó a un paso de la gobernación provincial en 2007 cuando mediante fraude le robaron la elección. Aunque ganó las legislativas de 2009, a partir de ahí comenzó una declinación que ahora adquiere un ritmo vertiginoso.
El fracaso del juecismo no es difícil de explicar. En realidad, Juez pretendió suplantar al PJ y a la UCR como gerente de los grandes grupos capitalistas que operan en la provincia (pulpos automotrices y sojeros), los cuales lo mandaron a “hacer banco” por ahora.
La campaña del juecismo se mueve en los límites insalvables de esta política. Ni Juez ni su candidato han levantado la voz por una reivindicación popular. Lo suyo se remite a apelaciones a la decencia y a un “país normal”.
No hacen referencia a la esencia de la política delasotista a quien regalaron además la batalla contra el kirchnerismo. De la Sota apela a la defensa de Córdoba frente a la Nación, lo que llama el cordobesismo, que no es otra cosa que la pantalla para descargar sobre los cordobeses los costos de la crisis. Cristina roba a la provincia y De la Sota roba a los cordobeses. Un caso clave es la postergación de los aumentos a los trabajadores jubilados, dejándolos sin protección frente a la inflación. Sobre esto ni una palabra. Está confluencia en los hechos con el gobernador explica su derrumbe electoral.
Algo similar sucede con la candidatura kirchnerista de la “progresista” ex rectora de la Universidad Nacional de Córdoba. La candidatura de Scotto ha quedado herida de muerte cuando salió a defender a Jaime, a Milani y el acuerdo con Chevron. La única oposición consecuente, en función de los intereses populares y de los trabajadores, a De la Sota y al kichnerismo es el Frente de Izquierda, lo cual se refleja en nuestra lucha política cotidiana, en los proyectos de leyes y en los barrios, lugares de estudio y de trabajo. El centroizquierda y el falso progresismo se han revelado como una oposición impotente, el voto a ellos es un voto perdido, el voto a una opción en decadencia. El único voto “útil” es al Frente de Izquierda.
Eduardo Salas