La batalla de los devaluadores
Las elecciones de hace dos domingos zanjaron algunos enfrentamientos políticos, mientras abrieron otros potencialmente significativos. El delasotismo ganó las Paso en Córdoba, pero ha visto crecer a un opositor interno, Llaryora, el intendente de San Francisco, que se identifica con Massa. De la Sota y Llaryora tienen en común la agitación a favor de la devaluación del peso comercial, que fue precisamente el reclamo mayor del sexto coloquio de la Unión Industrial Cordobesa.
La misma posición devaluatoria esgrime el tándem Aguad-Mestre, golpeado por su mala elección en su principal distrito -la capital-, que había ganado holgadamente hace dos años. Este retroceso podría acentuarse en octubre.
El candidato macrista, el ex árbitro Héctor Baldassi, obtuvo el 12%. Es también candidato de una fuerza en retroceso.
El kirchnerismo local y el juecismo han perdido todas sus plumas, con resultados electorales lamentables. Son una veta de votos para el Frente de Izquierda, que exhibe un gran ascenso en la conciencia popular. Durante toda la campaña, ambos mostraron sus relaciones estrechas con el gran capital de la provincia.
De nuevo, la crisis automotriz
Las tendencias disgregadoras en el campo político oficial vienen acompañadas de un fenómeno mucho más importante: las suspensiones, otra vez, en la industria automotriz, al mismo tiempo que la cuestión del impuesto al salario ha pasado a ocupar el centro de la campaña hacia octubre. La acelerada devaluación del real brasileño ha venido a reforzar el obstáculo que representa la desactualización del peso para los beneficios del capital de las automotrices.
Las suspensiones reflejan la tendencia a la crisis de esta industria y son, al mismo tiempo, una fuerte presión para devaluar. El Frente de Izquierda podría llegar al Congreso mediante una campaña aún más enérgica contra las suspensiones y contra el impuesto al salario. Nuestro esfuerzo se concentrará en plantear el reparto de las horas de trabajo sin tocar los salarios y en demostrar que la devaluación del peso sería una salida catastrófica, esto porque sólo serviría para atizar la devaluación brasileña y para llevar el parate industrial a niveles mayores. Que las patronales automotrices saquen la plata de los enormes fondos que han acumulada en la, para ellos, ‘década ganada’, para repartir las horas de trabajo sin afectar los salarios. Planteamos una reorganización completa de la industria bajo gestión obrera, porque las automotrices no han pasado del estadio de armadurías que importan partes del exterior, lo que bloquea la industrialización y el empleo en Argentina.
La crisis automotriz afecta al conjunto de las clases populares en Córdoba; nos empeñaremos en desarrollar, frente a esta crisis, una alternativa obrera de conjunto. Por medio de esta acción, desarrollada en profundidad, llevaremos a la Córdoba obrera al Congreso de la Nación.
Eduardo Salas
Las tendencias disgregadoras en el campo político oficial vienen acompañadas de un fenómeno mucho más importante: las suspensiones, otra vez, en la industria automotriz, al mismo tiempo que la cuestión del impuesto al salario ha pasado a ocupar el centro de la campaña hacia octubre. La acelerada devaluación del real brasileño ha venido a reforzar el obstáculo que representa la desactualización del peso para los beneficios del capital de las automotrices.
Las suspensiones reflejan la tendencia a la crisis de esta industria y son, al mismo tiempo, una fuerte presión para devaluar. El Frente de Izquierda podría llegar al Congreso mediante una campaña aún más enérgica contra las suspensiones y contra el impuesto al salario. Nuestro esfuerzo se concentrará en plantear el reparto de las horas de trabajo sin tocar los salarios y en demostrar que la devaluación del peso sería una salida catastrófica, esto porque sólo serviría para atizar la devaluación brasileña y para llevar el parate industrial a niveles mayores. Que las patronales automotrices saquen la plata de los enormes fondos que han acumulada en la, para ellos, ‘década ganada’, para repartir las horas de trabajo sin afectar los salarios. Planteamos una reorganización completa de la industria bajo gestión obrera, porque las automotrices no han pasado del estadio de armadurías que importan partes del exterior, lo que bloquea la industrialización y el empleo en Argentina.
La crisis automotriz afecta al conjunto de las clases populares en Córdoba; nos empeñaremos en desarrollar, frente a esta crisis, una alternativa obrera de conjunto. Por medio de esta acción, desarrollada en profundidad, llevaremos a la Córdoba obrera al Congreso de la Nación.
Eduardo Salas