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| Cintia Frencia y Jorge Altamira, en la Unicameral de la provincia de Córdoba (11/12/2013). |
-Asumiste la banca del Frente de Izquierda en Córdoba. ¿Qué implicancias tiene esto?
-Mi asunción significa el cumplimiento del compromiso asumido con el pueblo trabajador. La rotación del mandato es un acuerdo nacional del Frente de Izquierda, que implica un trabajo colectivo en la acción del bloque del Frente.
La última elección reforzó el mandato por el que sostuvimos esta banca en la Legislatura: en defensa del salario, de las jubilaciones y contra el ajuste.
Asumo con el compromiso de llevar a fondo este programa y ser una herramienta en la lucha de los explotados. Pero, por sobre todas las cosas, ser un factor de clarificación política y de organización que haga avanzar una organización política propia de los trabajadores.
-¿Cuál es el contexto en que te toca asumir esta banca?
-Se ha profundizado la crisis política provincial y nacional. El conflicto policial colocó de manera dramática el fracaso de un gobierno a la deriva. Por un lado, perforó las pretensiones ajustadoras que el gobierno provincial establecía en el presupuesto 2014, antes siquiera de que se pudiera aprobar. Y reavivó una rebelión de los trabajadores estatales, que desde hace meses vienen siendo desoídos por el gobernador: se volcaron a las calles reclamando por un básico de 10.000 pesos.
Por otro lado, dejó al descubierto la miseria social que afecta a nuestras barriadas. Familias enteras se sumaron a los saqueos por el aumento de la desocupación, el trabajo en negro y los salarios de miseria, que son licuados por la inflación.
-¿Cómo empezó tu acción en la banca?
-Mi primera intervención fue pedir la vuelta a comisión del presupuesto presentado por el Ejecutivo, ante la imposibilidad de votar un proyecto ficticio y caduco.
El presupuesto no contempla absolutamente ninguno de los problemas más acuciantes de la población. Y se sostiene sobre una confiscación a los trabajadores para sostener un régimen de subsidios, exenciones y pago de una deuda usuraria. Con su aprobación, buscan un cheque en blanco para que el Ejecutivo disponga de las arcas provinciales para sus negociados.
Contra esto, planteamos la conformación de una comisión integrada por los trabajadores, que establezca un presupuesto según las necesidades sociales.
Con la movilización de los trabajadores, llevaremos a fondo todas las medidas necesarias para derribar el ajuste.
-Mi asunción significa el cumplimiento del compromiso asumido con el pueblo trabajador. La rotación del mandato es un acuerdo nacional del Frente de Izquierda, que implica un trabajo colectivo en la acción del bloque del Frente.
La última elección reforzó el mandato por el que sostuvimos esta banca en la Legislatura: en defensa del salario, de las jubilaciones y contra el ajuste.
Asumo con el compromiso de llevar a fondo este programa y ser una herramienta en la lucha de los explotados. Pero, por sobre todas las cosas, ser un factor de clarificación política y de organización que haga avanzar una organización política propia de los trabajadores.
-¿Cuál es el contexto en que te toca asumir esta banca?
-Se ha profundizado la crisis política provincial y nacional. El conflicto policial colocó de manera dramática el fracaso de un gobierno a la deriva. Por un lado, perforó las pretensiones ajustadoras que el gobierno provincial establecía en el presupuesto 2014, antes siquiera de que se pudiera aprobar. Y reavivó una rebelión de los trabajadores estatales, que desde hace meses vienen siendo desoídos por el gobernador: se volcaron a las calles reclamando por un básico de 10.000 pesos.
Por otro lado, dejó al descubierto la miseria social que afecta a nuestras barriadas. Familias enteras se sumaron a los saqueos por el aumento de la desocupación, el trabajo en negro y los salarios de miseria, que son licuados por la inflación.
-¿Cómo empezó tu acción en la banca?
-Mi primera intervención fue pedir la vuelta a comisión del presupuesto presentado por el Ejecutivo, ante la imposibilidad de votar un proyecto ficticio y caduco.
El presupuesto no contempla absolutamente ninguno de los problemas más acuciantes de la población. Y se sostiene sobre una confiscación a los trabajadores para sostener un régimen de subsidios, exenciones y pago de una deuda usuraria. Con su aprobación, buscan un cheque en blanco para que el Ejecutivo disponga de las arcas provinciales para sus negociados.
Contra esto, planteamos la conformación de una comisión integrada por los trabajadores, que establezca un presupuesto según las necesidades sociales.
Con la movilización de los trabajadores, llevaremos a fondo todas las medidas necesarias para derribar el ajuste.
