En la audiencia pública para tratar el Código de Convivencia se expresó, una vez más, un contundente rechazo a la propuesta de De la Sota de perfeccionar el fracasado Código de Faltas. Lejos de tomar en cuenta el aporte de organizaciones sociales y políticas, el oficialismo persiste en imponer un código reaccionario porque necesita valerse de una herramienta para reprimir la protesta contra el ajuste que los gobiernos descargan sobre el pueblo trabajador.
Una Legislatura totalmente vallada revela que no hay ninguna convivencia. El nuevo código perfecciona el carácter represivo: Sostiene figuras como el “merodeo” y “negativa a identificarse”; incorpora la “detención preventiva” y asocia la Justicia a un procesamiento administrativo que habilita a las detenciones arbitrarias. Como resultado de todo esto, se agravarán el Gatillo Fácil -ya son 8 las víctimas en lo que va del año-, las detenciones arbitrarias y la militarización de las barriadas, mientras crecen los índices delictivos. Da cuenta de ello la reciente denuncia de abuso policial realizada por la familia de un joven en barrio 16 de noviembre.
La modificación a su vez pretende perfeccionar una herramienta de represión sobre los trabajadores para regimentar las luchas en curso, luego del fracaso de la Ley Antihuelga de De la Sota. La burocracia sindical -que debiera rechazar activamente este nuevo código- guarda silencio; comparten la perspectiva del gobierno a la hora de liquidar las luchas obreras por el salario y el trabajo.
Hoy, miércoles 17 de diciembre, cuando el oficialismo intente aprobar el nuevo código, vamos a marchar hacia la Legislatura para rechazar el Código de Convivencia que viene a reforzar el aparato represivo, el mismo que regentea las bandas del narcotráfico y el crimen organizado; código que va en plena consonancia con la política del gobierno nacional de crear un estado de excepción. Esta política se expresa en el nuevo Código Penal, en la gendarmería de Berni contra los trabajadores, la designación del represor Milani a la cabeza del Ejército, la Ley Antiterrorista y la ley anti-piquete.
Una Legislatura totalmente vallada revela que no hay ninguna convivencia. El nuevo código perfecciona el carácter represivo: Sostiene figuras como el “merodeo” y “negativa a identificarse”; incorpora la “detención preventiva” y asocia la Justicia a un procesamiento administrativo que habilita a las detenciones arbitrarias. Como resultado de todo esto, se agravarán el Gatillo Fácil -ya son 8 las víctimas en lo que va del año-, las detenciones arbitrarias y la militarización de las barriadas, mientras crecen los índices delictivos. Da cuenta de ello la reciente denuncia de abuso policial realizada por la familia de un joven en barrio 16 de noviembre.
La modificación a su vez pretende perfeccionar una herramienta de represión sobre los trabajadores para regimentar las luchas en curso, luego del fracaso de la Ley Antihuelga de De la Sota. La burocracia sindical -que debiera rechazar activamente este nuevo código- guarda silencio; comparten la perspectiva del gobierno a la hora de liquidar las luchas obreras por el salario y el trabajo.
Hoy, miércoles 17 de diciembre, cuando el oficialismo intente aprobar el nuevo código, vamos a marchar hacia la Legislatura para rechazar el Código de Convivencia que viene a reforzar el aparato represivo, el mismo que regentea las bandas del narcotráfico y el crimen organizado; código que va en plena consonancia con la política del gobierno nacional de crear un estado de excepción. Esta política se expresa en el nuevo Código Penal, en la gendarmería de Berni contra los trabajadores, la designación del represor Milani a la cabeza del Ejército, la Ley Antiterrorista y la ley anti-piquete.
- Unión de Juventudes por el Socialismo-PO
- PARTIDO OBRERO DE CÓRDOBA
en el Frente de Izquierda y de los Trabajadores
