Las acusaciones de los ministros Randazzo y Aníbal Fernández contra “un militante del PO” son infames. Vuelve a recurrir a un procedimiento miserable, que tiene dos características. En primer lugar, evadir la completa responsabilidad del gobierno y del pulpo Cirigliano en el desquicio del sistema ferroviario. En segundo término, eludir las consecuencias de las acciones legales que el PO va a iniciar contra las injurias oficiales.