17 de noviembre de 2008

PODEMOS TERMINAR CON LA VIOLENCIA HACIA LA MUJER

El 25 de noviembre es el Día Internacional de Lucha contra la Violencia hacia la mujer, contra la violencia institucional y la violencia familiar y social, que es promovida y encubierta por el Estado. La fecha conmemora el asesinato de las hermanas Mirabal por parte de la dictadura de Trujillo, en República Dominicana.

Enfrentar las suspensiones, los despidos y la precariedad laboral Este 25 de noviembre nos encuentra en medio de una crisis internacional que se descarga sobre millones de hombres y mujeres con un enorme empobrecimiento de los explotados, en todo el mundo.

Los últimos años estuvieron marcados por un crecimiento económico que benefició con ganancias astronómicas a las patronales del campo y la ciudad, al sector financiero y las privatizadas. Para las mujeres, el mercado laboral sólo se abrió en condiciones precarias, con salarios bajos, sin cobertura social ni sindical. Quedamos expuestas a una gran vulnerabilidad, que favorecen el acoso y el abuso sexual. Llegada la recesión, las patronales pretenden preservar sus ganancias con suspensiones y despidos. Debemos, organizadas, impedirles que nos arrojen a la calle, denunciar la precariedad, defender el salario y los derechos laborales. Los banqueros, empresarios y los partidos y políticos garantes de la renta capitalista crearon la crisis. Que la paguen ellos!.

Frenar el recorte de la salud

El gobierno nacional y los provinciales también intentan preservar los fondos con los que subsidian a los patrones y pagan la deuda, a expensas de los presupuestos de salud y educación. Los recortes presupuestarios han desmantelado las escuelas y los hospitales. Las mujeres pagamos esta política con la vida: en 5 años, el ministro Ginés González García, logró aumentar la muerte materna hasta el 49%, convirtiendo a la Argentina en uno de los tres países más mortíferos del continente. Muchas murieron como consecuencia de abortos clandestinos. Este año, Graciela Ocaña suspendió la distribución de anticonceptivos gratuitos en todas las provincias, con lo que ahorra presupuesto pero, sobre todo, responde al más firme reclamo del Episcopado. No respetan ni siquiera los abortos no punibles. Las denuncias se repiten en cada punto del país.

Las mujeres tenemos infinitas experiencias de lucha en las barriadas, en los lugares de trabajo y en los centros de estudiantes. Debemos organizarnos, convocar más mujeres, para marchar a los municipios y a las gobernaciones contra esta política criminal. Exigir aumento del presupuesto de salud, ampliación de la atención ginecológica, entrega regular de anticoncepción gratuita. Y, por supuesto, la legalización del aborto. Hay que expulsar a la Iglesia y a sus agentes enquistados en los hospitales públicos.

Terminar con la esclavitud sexual y laboral

El kirchnerismo, en alianza con Macri y el ARI, impusieron una ley sobre la trata de personas que, lejos de hacer retroceder el negocio de compra y venta de mujeres y niños para esclavitud sexual y laboral, les otorgó cobertura legal a los tratantes. La ley exige que las víctimas mayores prueben que no consintieron en ser vendidas y esclavizadas, no incluye penas superiores a los 15 años, y la mayoría son excarcelables; deja intactos los bienes de los tratantes y abandona a las víctimas ya que no les proporciona subsidios, contención, ni empleo. El kirchnerismo, el Pro y el Ari han parido un engendro que en vez de proteger a los cientos de mujeres y chicos secuestrados por las redes protege un negocio en el que participan fuerzas represivas, empresarios, punteros políticos y jueces, con la complicidad del Estado. Un negocio que sostiene las cajas clandestinas de la política y las fuerzas de seguridad.

Reclamamos la derogación de la ley de trata, cárcel efectiva para tratantes y proxenetas, incautación de bienes, seguimiento de la ruta del dinero, cierre de los ámbitos de explotación sexual y esclavitud laboral. Protección y subsidios para las víctimas.

Terminar con la violencia en el hogar

La mayoría de las mujeres que son asesinadas en nuestro país, son víctimas de sus parejas o ex parejas. La mayoría había denunciado que era violentada ante alguna instancia estatal, que nada hizo. Los índices de violencia doméstica y abuso sexual se han disparado --en Buenos Aires, el macrismo clausuró el organismo que los registraba-- al ritmo que la descomposición del régimen.

La iglesia y los gobiernos pretenden que, "en defensa de la institución familiar", las víctimas guardemos silencio. Debemos gritar, denunciar y no tolerar golpizas ni amenazas organizándonos en el barrio, el trabajo, en las escuelas y universidades. Hay que expulsar a los golpeadores, y concientizar para que mujeres y hombres nos relacionemos sin la opresión y el sometimiento hacia la mujer que hoy prevalecen. La violencia contra la mujer es un problema social y político.

Es un arma de disciplinamiento social indispensable para reproducir un régimen que condena a la desesperación a los explotados, sin distinción de sexos. Por eso el Estado y la Curia desalientan las denuncias y presionan a las víctimas para que aguanten un poco más, aunque les cueste la vida. Haciéndose fuertes en la organización piquetera, miles de mujeres se han librado del yugo de la violencia familiar. La organización es la única receta para enfrentar este flagelo, que debe ser denunciado del mismo modo que la complicidad del Estado con golpeadores y violadores.

El 25 de noviembre tenemos una oportunidad

En cada punto del país debemos organizar marchas masivas, en un frente común de las mujeres de las barriadas, las trabajadoras sindicalizadas y las precarizadas, las estudiantes.

Ø Convoquemos a amplios sectores de la sociedad para decir: ¡Basta a la violencia contra la Mujer! Igual salario por igual trabajo, salario igual a la canasta familiar, no a la precarización. Ni despidos ni suspensiones. Que la crisis la paguen los patrones. Viviendas para todas y todos. Prohibición de los desalojos.

Ø Contra la violencia doméstica, expulsión del golpeador y atención y subsidios a la víctima.

Ø Incremento del presupuesto educativo y sanitario. Que el Estado garantice la anticoncepción gratuita. Aborto legal.

Ø Desmantelamiento de las redes de trata, aparición con vida de las mujeres desaparecidas para explotación sexual.

Ø Fuera la Iglesia de cualquier función asistencial o educativa, Separación de la Iglesia del estado.

Somos miles en los Encuentros Nacionales, en los centros de estudiantes, en las barriadas, en los gremios antiburocráticos. Estamos presentes en todas las luchas por las libertades, de los trabajadores y la juventud. Utilicemos nuestra enorme capacidad de movilización y organización para terminar con la violencia contra las mujeres.


PLENARIO DE TRABAJADORAS

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