5 de septiembre de 2009

Las camarillas conspiran y Córdoba pelea

Una crisis política de fondo ha estallado en Córdoba. Como respuesta a la quiebra del Estado provincial, Schiaretti amenazó con postergar el pago de los salarios de agosto a estatales y jubilados, y emitir “moneda” propia. Enseguida, un legislador del juecismo, Eduardo Bischoff, reclamó la renuncia del gobernador con la acusación de que ponía en riesgo “el acceso al crédito internacional”. Esta irrupción del hombre de Iveco (Fiat) desubica a Juez, que había firmado una agenda legislativa con Schiaretti. Otro dato que demuestra que Schiaretti está haciendo equilibrio es el acercamiento de De la Sota a los K. Con un derrumbe fiscal y sin el apoyo del PJ ni de la oposición, los años que le quedan a Schiaretti entran en un cono de sombras.

La bancarrota del Estado no ha frenado la chorrera de subsidios en favor de los capitalistas. Mientras reclama al gobierno nacional 400 millones, Schiaretti le perdona a los capitalistas del campo más de 3.000 millones de pesos que debieran pagar de inmobiliario rural. Las automotrices están viviendo una situación excepcional, por el repunte de la venta de vehículos a Brasil. Sin embargo, continúan recibiendo subsidios millonarios.

La clase obrera

La amenaza oficial de postergar el pago de salarios, decretar la emergencia y pagar con plata basura encrespó los ánimos de los estatales. El viernes 28, más de diez mil empleados públicos y docentes marcharon hacia la Casa de Gobierno para exigir aumento salarial, en el marco de un paro masivo. El mismo día, el gobierno nacional envió los fondos para pagar los sueldos, pero la cosa se replantea el mes que viene.

En medio de esta crisis, una profunda deliberación está recorriendo a lo más combativo de la clase obrera. En las recientes elecciones para delegados docentes, un activismo joven desplazó a sectores de la burocracia, lo cual potencia la sublevación que ya se venía produciendo en las asambleas de Capital.

En la UTA, un activismo independiente de todas las fracciones burocráticas lanzó un petitorio con más de 1.500 firmas por un reclamo salarial, enfrentando a las directivas local y nacional.

Una fracción creciente de trabajadores municipales (muchos de ellos delegados) está desarrollando una delimitación de la política de la directiva del gremio (kirchnerista y juecista).

¿Puede caer Schiaretti? Un golpe de los K (como los que dio y dará en Santa Cruz) es complejo: no tiene un sucesor como Balestrini en el caso de un reemplazo de Scioli. Como alternativa quedaría la ‘borocotización’ del gobernador, imponiéndole un gabinete con gente propia y del delasotismo, para manejar la sucesión de 2011. Esta operación llegaría a un choque con Juez y la UCR – es decir que agravaría el escenario. En cualquier caso vendría acompañado de un super-ajuste, para recuperar aliento fiscal.

Este es el cuadro político, o sea de conjunto, que enfrenta el movimiento obrero que está luchando. Las burocracias sindicales están prendidas a las maniobras golpistas que tejen los K y De la Sota –por eso gritan como el tero. Están manejando las movilizaciones para beneficiar a sus camarillas, no a los trabajadores.

Es necesario, como se ve, desarrollar una alternativa propia. Es necesario reactualizar el Plenario Obrero, que surgió a principios de año cuando arreciaban las suspensiones en la industria automotriz; ahora con la participación agregada de los luchadores que se están haciendo valer en UTA y docentes.

En Córdoba va a haber un golpe –abierto o camuflado–, pero por sobre todo apuntando contra los trabajadores. Desarrollemos nuestra respuesta de conjunto.

Eduardo Salas