5 de noviembre de 2009

La importancia de la lucha docente

No hay paz social sin aumento salarial

Los docentes “sublevados” contra la aceptación de la conciliación obligatoria por parte de la burocracia celeste de UEPC (sindicato docente) han resuelto en la asamblea autoconvocada de delegados un plan de lucha para quebrar la tregua pactada entre la burocracia y el gobierno.

Además de acciones y asambleas en las escuelas, convocaron a marchar a Casa de Gobierno el jueves 5 para reclamar el 35% de aumento de salarios, la exigencia del blanqueo de todas las sumas y el rechazo a la conciliación.

El movimiento, que tiene su epicentro en Capital, está atrayendo delegados del interior, fundamentalmente de Colón, pero también de los más importantes departamentos de la provincia; es decir, se está provincializando la sublevación.

La burocracia ha respondido con una campaña macartista contra los delegados sublevados y convocó a un acto frente a la sede gremial en “apoyo a las instituciones y contra el divisionismo”. El acto celeste es un intento desesperado por ocultar que ellos han dividido al gremio, que ellos han violado las resoluciones de las asambleas delegados, que ellos han violado el mandato del propio engendro burocrático que es la asamblea departamental: todos esos mandatos rechazaban la aceptación de la conciliación obligatoria.

La campaña de la burocracia yaskista ha conseguido el apoyo de la fracción antiyaskista de la CTA, la juecista Lista Naranja (que se nuclea en la CTA Córdoba), todo con el cuento de “no dividir” y de “mantener la organicidad”. Para el activismo y la base docente, e incluso para muchos delegados naranjas, ha quedado claro que la oposición “naranja” en las asambleas de delegados de Capital sólo era una pose, especulaban con que en la departamental se esterilizaban los mandatos de lucha.

En los mismos términos, la sublevación acabó con el discurso “antisojero” de la directiva kirchnerista, con el cual Monserrat (secretario general de la UEPC) se floreaba en las movilizaciones y actos: aceptó la conciliación en el mismo momento en que Schiaretti presentaba su presupuesto 2010, cuyo ingrediente fundamental es un aumento de impuestos sobre el consumo y la propiedad urbana. Expresamente se ha descartado cualquier toque o retoque del inmobiliario rural, a pesar de que se anunció un aumento de las áreas sembradas, a pesar de que la soja toca los mejores precios, a pesar de las evidencias de la gran concentración de tierras en pocas manos. Monserrat da la tregua cuando el gobierno anuncia que transferirá fondos del bolsillo de los trabajadores al gran capital agrario e industrial, vía la miseria salarial, la quiebra de la salud y la educación públicas y los impuestazos.

La lucha docente, como se ve, es un gran factor de clarificación política.

Todo el apoyo a la movilización docente.

Aumento salarial del 35%.

Impuesto al gran capital.

Revalúo de la propiedad agraria superior a las 500 hectáreas.Abajo la conciliación obligatoria.

Eduardo Salas