Los Kirchner podrán posar de "nacionales" en la tribuna local.
Pero, en Washington, la realidad los pinta de cuerpo entero.
En esa otra tribuna, Obama consiguió el apoyo de los K al monopolio nuclear del imperialismo y sus aliados.
Cristina le llevó al presidente yanqui otro regalo jugoso: el nuevo canje de deuda, que asegura beneficios del 100 por ciento a los usureros de Wall Street.
Obama se llevó todo a cambio de una foto.
Pero con fotos no comemos.
Por eso, los obreros de la alimentación, los de la carne, los metalúrgicos y los del subte, entre tantos otros, hacen oír su voz.
Deuda externa, no.
Salarios, sí.
No a gobiernos capitalistas, sí a un gobierno de trabajadores.