22 de junio de 2010

Sudáfrica 2010

Los oscuros negocios de la Fifa

Por la realización del Mundial Sudáfrica, la Fifa logrará ingresos por 1.060 millones de euros. La máxima entidad del fútbol mantuvo un balance positivo en 2009, del orden de los 200 millones de dólares, como si fuera inmune a la crisis capitalista mundial, la cual, sin embargo, contribuyó a desatar una verdadera guerra entre los sponsors de la Fifa.

Luego del Mundial de Alemania 2006, la Fifa definió una nueva estrategia para el manejo de sus patrocinios, dividiendo sus acuerdos en tres modalidades: socios comerciales, patrocinadores y los promotores nacionales. Los “socios” gozan de contratos de exclusividad por varios años y no sólo para los mundiales. Los patrocinadores disfrutan de beneficios por un torneo en particular, mientras que los promotores reciben derechos de uso de marca a nivel local o regional.

Los actuales “socios” acordaron pagar entre 100 y 200 millones de euros anuales, por adelantado, para reventar a eventuales competidores, con lo que le aseguraron a la Fifa el ingreso de casi 900 millones euros antes de que empiece a rodar la pelota. El proceso “eliminatorio” entre los grandes pulpos capitalistas decantó con la marcha de la propia crisis capitalista mundial. De los 24 sponsors mundiales de la Fifa, Adidas y Coca, Sony y Visa han desplazado largamente a todos sus rivales.

Coca-Cola es el campeón “mundial”: tiene un escandaloso acuerdo económico con la Fifa hasta el año 1022, similar al que Grondona tenía con TyC Sport, lo que le asegura tres mundiales más. Un verdadero “socio” eterno.

Adidas, a su turno, vestirá a 12 de los 32 seleccionados, asegurándose los más importantes (incluida Argentina). Relegó largamente a Puma, que había sido primera en el Mundial de Alemania y que ahora sólo “sponsorea” seis seleccionados de segundo orden, quedando incluso detrás de la estadounidense Nike. Puma perdió por goleada en la crisis mundial ya que “experimentó la peor desaceleración económica en sus aproximadamente 60 años de historia” (CNN Expansión.com, 17/3). También como resultado de la crisis, Sony, que invirtió 305 millones de dólares, desplazó a Phillips, que viene enfrentando “resultados económicos negativos y se vio obligada a recortar su plantilla mundial en un 5% –unos 6.000 puestos de trabajo– más la amenaza de provocar miles de despidos de trabajadores en todo el mundo” (Revista Fortune).

Visa, con una inversión de 250 millones, desplazó a otro gigante de los sponsors que fue históricamente MasterCard. El acuerdo de Blatter con Visa fue un escándalo internacional y la pelea hoy aún se libra en los tribunales de Nueva York, lo que anticipa una profundización de la crisis mundial de esta tarjeta.

La Fifa se ha trasformado en una de las principales multinacionales del mundo. Sus negocios son cada día más oscuros y se expanden a todos los continentes. Se ha transformado en un organismo donde sus fallos son inapelables, en el que los seleccionados participantes no pueden recurrir ni siquiera a la Justicia de sus propios países en un diferendo, pues son borrados de la escena del deporte mundial. La Fifa tiene más asociados que la ONU y los 207 países que la integran son un dibujo arbitrario armado por su propia dirección, que maneja a su antojo las cifras siderales en millones de euros. Es lo que está por detrás de la “fiesta” planetaria del deporte más popular del mundo.

Juan Ferro
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Porqué los K son tan futboleros

Abel Martínez Gabino es un comerciante de Gualeguaychú. Además, es el titular de la ONG Ciudadanos Movilizados, impulsora de la demanda contra los asambleístas que derivó en una de las órdenes judiciales de "despejar" el paso hacia Fray Bentos. Es decir, de reprimir a quienes cortan el puente. Pero no terminan ahí las actividades de Martínez Gabino. El hombre también es el presidente de la Asociación del Fútbol de Gualeguaychú, así como su amigo, el gobernador Sergio Uribarri, dirige la liga de clubes de Concordia. Ambos tienen otro amigo común: Julio Grondona. Y los tres piensan que los trajines de la pelota en Sudáfrica bien pueden disimular un eventual ataque de la Gendarmería al puente General San Martín.

De igual manera, el gobierno tiene la esperanza de que un buen papel del seleccionado argentino en Sudáfrica 2010 haga pasar inadvertido, por ejemplo, el fracaso de Amado Boudou en el nuevo canje de deuda. Y si el equipo de Maradona pasa a la segunda ronda y sigue avanzando, será el momento de aprobar el nuevo régimen de apuestas para enriquecer aún más al capomafia Cristóbal López, zar kirchnerista del escolaso.

Una buena actuación en Sudáfrica también les haría olvidar con creces el disgusto que todos ellos se llevaron cuando Daniel Passarella le ganó en River a un aparato armado por la banda de los Werthein, el diputado kirchnerista Juan José Alvarez -ex "disidente", readquirido por los K este año y agente de la Side durante la dictadura- y padre Hugo Santilli, padre de Diego, ministro porteño.

Los K tienen muchas razones para seguir el mundial con vincha, bandera y bombo. Grondona también. La sociedad anudada entre el gobierno y el capo di tutti capi de la AFA se ha vuelto estratégica, cosa reflejada hasta en los personajes de esta historia. Por ejemplo, el puntero quilmeño José Luis Meiszner, mano derecha de Grondona, es a su vez un colaborador íntimo de Aníbal Fernández y padre del titular del Registro Nacional de Armas, aquel que se ve rozado por los crímenes de General Rodríguez desde que se conocieron sus vínculos con Martín Lanatta, presunto asesino de Sebastián Forza.

Barrabravas vip

Andrés "Bebote" Alvarez, jefe de la barra brava de Independiente, se quedó sin Mundial porque la policía sudafricana lo echó por sus antecedentes criminales. En Johannesburgo o en Pretoria, se encuentran Facundo y Pablo Moyano, hijos del titular de la CGT, a quienes la prensa reconoce como "jefes" de la barra.

A todo esto, quedó en el ridículo la versión de algunos miembros de la patota kirchnerista agrupada en Hinchadas Unidas Argentinas (HUA) acerca de que habrían conseguido el dinero para viajar al Mundial mediante la venta de rifas. Como no había entradas para el partido contra Nigeria, su jefe, Marcelo Mallo, les compró 235 localidades para los palcos del Ellis Park. Esos tickets cuestan 320 dólares cada uno, aunque Mallo dice haberlos conseguido por 200. Una ganga: apenas 47 mil dólares para que los "muchachos" vieran el partido en sillones, con un televisor por box y heladeras bien provistas con bocaditos, snaks, vinos de marca y champán.

Si Néstor Kirchner espera que el "fútbol para todos" le dé una plataforma publicitaria de privilegio para su campaña 2011, en principio Sudáfrica 2010 ha servido para que queden expuestos, demasiado expuestos, sus vínculos con las mafias del fútbol.

Alejandro Guerrero