28 de julio de 2011

"Somos opositores socialistas, el oficialismo es capitalista"

Lo que sigue es la versión que publicó el diario "Diagonales", de La Plata, de una conversación muy larga que sostuvo con Jorge Altamira, poco antes del acto del Frente de Izquierda que lanzó la campaña electoral en la provincia de Buenos Aires. Como los planteos de Altamira fueron objeto de adjetivaciones en los 140 caracteres de Twitter, pero no de críticas, damos a conocer la totalidad de lo que publicó el diario en forma de reportaje.

-¿Qué análisis realiza de este momento político histórico?

- El hecho más importante de este momento histórico es la crisis que vive el capitalismo. Ese es un factor que domina todas las relaciones internacionales y las relaciones sociales y políticas de casi todos los países. La crisis se expresa en forma desigual, pero está arrastrando a todo el mundo capitalista a una hecatombe más o menos igual, cuyo desenlace genera medidas muy antipopulares.

En algunos casos, esas medidas se toman de manera directa; por ejemplo, hay países donde se bajan los salarios y en otros hay una inflación desbordante. Esto es lo que caracteriza, por eso nosotros insistimos en que el apoyo al Frente de Izquierda equivale a instalar, en una crisis capitalista, una fuerza anticapitalista. Es una fuerza que combate que la crisis capitalista se descargue contra los trabajadores.

-Con la participación de los jóvenes en la política de hoy, muchos trazan un paralelismo con aquellos jóvenes de la década del ‘70. ¿Cómo ve ese paralelismo, en donde en los '70 se enrolaban en la JP y en la izquierda, y ahora están congregados en La Cámpora?

-Yo quiero hacer una observación que es muy importante; la juventud tuvo una participación muy importante en el movimiento social que derrocó a De la Rúa. Llevamos una década de desarrollo de la juventud. La izquierda ganó la Federación Universitaria de Buenos Aires en 2003. La Cámpora, en realidad, es un fenómeno tardío, muy tardío. Un intento desesperado por arrebatarle la influencia de la juventud a la izquierda. Pero el problema es que esta acción no está respaldada por una trayectoria de lucha en el caso de La Cámpora, sino que está caracterizada por el apoyo al gobierno, es decir que si un joven apoya al gobierno, se alinea. Pero no tiene una trayectoria de lucha.

Por ejemplo, ¿cuál fue la participación de La Cámpora en la lucha por el castigo a los asesinos de Mariano Ferreyra? Yo, que he tenido una dedicación absorbente, no lo he visto. Es más, en la línea Roca del ferrocarril hay una pequeña agrupación de La Cámpora, y como hay elecciones les propusimos conformar un frente a pesar de que son kirchneristas, porque que un militante de La Cámpora se junte con nosotros para derrotar a Pedraza es un paso adelante. Pero como lo mejor es enemigo de lo bueno, en lugar de buscar lo mejor vamos a lo bueno.

Los compañeros (de La Cámpora) lo rechazaron por una directiva de arriba, porque el ánimo de los compañeros de La Cámpora era integrar la lista. Lo rechazaron y terminaron armando una lista con un sector filo pedracista, un pedrazismo sin Pedraza, entonces no tiene una trayectoria de lucha. Nuestra juventud sí la tiene, por ejemplo, resistió a la onda neoliberal, etc.

Es un fenómeno tardío porque aparece cuando el gobierno nacional y toda su estructura enfrentan una crisis severa como peleas con gobernadores, intendentes, Moyano y Schoklender, que fue demoledor. Esto ocurre en movimientos de los cuales el gobierno se ha valido para apoyar su gestión. El golpe de Schoklender es fuerte porque ataca a mucho más que al kirchnerismo, ataca a una larga lucha por los derechos humanos, en un momento de crisis, de declinación de este proceso... y aparece La Cámpora con muchos funcionarios.

-Sin embargo, La Cámpora logró una presencia importante y rápida en la política partidaria y muchos lugares en las listas...

-Eso es una problemática. Aunque está abierta, vamos a ver lo que pasa. Una fuerza política SE construye, NO se llega por decisiones políticas desde una estructura política enraizada. No tiene consulta popular. Si no fuera por el apoyo de la Presidenta no llegaría.

-Es cierto que la izquierda tiene fuerza en la universidad, gana elecciones, tiene militantes. Pero después no logra trascender por fuera, ¿por qué se da?

-No tengo esa impresión, creo que fue al revés. Cuando acá surge el movimiento piquetero que jugó un gran rol en los años 2000, 2001, 2002 y 2003 la juventud eran los piqueteros. No arranca en la universidad, sino que arranca en el movimiento social y luego se traslada a la universidad.

-Pero en términos electoralistas...

-Bueno, en los sindicatos ganamos elecciones. Quiere decir que tenemos una limitación en el sentido de que no hemos sabido o no hemos podido armar la estructura política eficaz para que ese movimiento popular transite. Por eso formamos el Frente de Izquierda, su objetivo lo venimos acariciando hace mucho tiempo, pero en ocasiones sufrimos el veto por el Partido Comunista que apoya al gobierno.

Este Frente clausura una etapa de proscripciones dentro de la izquierda y el Frente de Izquierda es la respuesta a la inquietud que usted planteó. Hoy, vamos a una competencia contra los que no son de izquierda, y no entre la izquierda.

Lo que ocurre es que el discurso cala, pero no tienen votos. Entonces el votante es metido en una encrucijada por culpa nuestra, dice ‘¿qué hago? Me gustaría votar al PO pero no tiene la masa de votos'... y ahí viene el voto útil. Ese problema del elector se lo hemos inculcado nosotros.

-¿Por qué?

-Porque no hemos armado una estructura de la fuerza capaz de sacarlo de ese dilema, de que votar por nosotros es útil. Al formar el Frente de Izquierda transformamos en útil el voto del obrero.

De alguna manera, el Frente da respuesta a la contradicción que hasta ahora no supimos superar entre el deseo del elector trabajador popular de votar a la izquierda y que la izquierda sea una alternativa en una elección.

-El voto útil, ¿no sería un defecto de la sociedad?

-El voto útil es un defecto, lo dice todo el mundo, y tiene razón en decirlo porque cada uno tendría que votar por sus convicciones. Pero la lucha política no es sólo un problema de convicciones, es también un problema de tácticas, de oportunidades. La izquierda es la que tiene que resolver las contradicciones de los electores, no tiene que resolverlos el elector.

-En un supuesto ballotage a nivel nacional, ¿cuál sería el voto útil?

-Si uno adelanta la posición que va a tener entre dos candidatos, está adelantando una posición deformada, contra quienes estamos combatiendo en este momento. Nosotros decimos que los demás partidos, que no están en el Frente, tienen una orientación equivocada. No puedo de ninguna manera, adelantar una postura de ese tipo. Pero no esquivo la respuesta.

Nosotros vamos a decir que si no estamos en segundo turno, gane quien gane, nosotros vamos a ser opositores. Vamos a seguir siendo opositores. Somos socialistas y el oficialismo es capitalista. No abandonamos la posición que tenemos en la sociedad.

-Se va a plantear en muchos sectores cómo posicionarse frente a un Alfonsín y De Narváez...

-Pero Alfonsín va con De Narváez y eso es una condena. Estamos llamando a los radicales a que voten al Frente de Izquierda. Es un escándalo, una vergüenza. Pero pasa lo siguiente, ¿qué hacemos con Cristina que me lleva de candidato a un amigo del hombre que mató a mi compañero Mariano Ferreyra, como lo es Carlos Tomada? ¿Llamo a votar a Tomada? Ni muerto. Hay una escucha telefónica en que lo orienta a Pedraza, dos meses después de la muerte de nuestro compañero. Es un enemigo de la clase obrera, jamás voy a votar a un enemigo de la clase obrera. ¿Y Gioja? En San Juan mandó a condenar a un compañero nuestro, está con prisión en suspenso. Como yo estaba ahí, me entrevistaron los diarios y, a algunos, les quitó la publicidad porque me habían entrevistado. Yo no voy a votar a Gioja, que es un hombre de la Barrick Gold. ¿Puedo votar a Peralta?, si está reprimiendo a los docentes y trabajadores de Santa Cruz.

No, yo creo que a la gente militante y luchadora del kirchenerismo hay que decirle: ‘Querés defender a Cristina, bueno votala sólo a ella. Para abajo votá al Frente de Izquierda'. Si Cristina es el proyecto y los demás son todos derechistas, votá al Frente de Izquierda.

-¿Cree que faltan referentes internacionales de la izquierda?

-Claro que sí. Reflexionando sobre la historia del socialismo, siempre tuvo un gran progreso como fenómeno internacional, y desde que los stalinistas se apoderaron del movimiento, salvo un período, lo quebraron a nivel mundial. Con lo cual, los problemas que tenemos nosotros son parte de un movimiento que se fue desnaturalizado ante la opinión pública mundial y tenemos que reganarla. Coincido con usted, pero es necesario reconquistar una referencia internacional para que vuelva el entusiasmo por las grandes causas de la izquierda y el socialismo. La izquierda ha luchado siempre. El Partido Comunista apoyó la dictadura. El Partido Obrero, en donde milito hace 40 años, ha estado en todas las luchas: Malvinas, la dictadura, Cordobazo. No tenemos nada que reprocharnos.

En Argentina estamos en una construcción de esta crisis capitalista más avanzada que cualquier país del mundo. Hay una izquierda revolucionaria que se está desenvolviendo y que no logra desenvolverse en otros países. Si nosotros crecemos, metemos legisladores, diputados; es decir, si nos transformamos en una fuerza con mayor visibilidad, quizá marquemos una guía, un ejemplo, una inspiración a las otras izquierdas revolucionarias del mundo.

-¿No es una responsabilidad del kirchnerismo que permitió otro protagonismo en la política militante en Argentina?

-Ya escuché ese argumento. Acá la sociedad estalló en 2001, esto explica que un hombre que apoyó la privatización de YPF, cuando se tuvo que hacer cargo, tuvo que manejar una sociedad convulsionada. Entonces él tuvo que agarrar a la política y usarla como un instrumento para canalizar movimientos que extrapolíticamente no podría canalizar.

Duhalde es un ladrón, menemista, defendió la convertibilidad, y cuando llegó el momento en que todo estalló, devaluó la moneda. No podemos confundir las cosas que se ven obligados a hacer algunos gobernantes con que ellos criaron la criatura. Tienen que cabalgar un proceso. Nosotros advertimos una posición conservadora, porque uno cabalga un potro que tira para todos lados sólo para domarlo. Nosotros decimos: ‘Que desenvuelva su capacidad de revolución ese movimiento convulsivo, no que sea domado'. Es imposible fijar al PO en una posición funcional a nadie. Defendemos lo nuestro y jugamos lo nuestro también.