Un frente para octubre y después
De la reforma política kirchnerista no ha quedado nada, salvo su carácter proscriptivo. La crisis del peronismo y del radicalismo sigue por sus fueros; las colectoras volverán a poblar los cuartos oscuros. De tal suerte, el 14 de agosto, en las internas abiertas se votarán las mismas fórmulas, con todas sus colectoras, que luego se votarán en octubre.
Ha quedado en pie la barrera del 1,5% de los votos en las internas de agosto para poder presentarse en octubre. Es así en el orden nacional y en toda la provincia de Buenos Aires, cuya reforma política es aún más restrictiva. Ello quiere decir que si la fórmula presidencial no reúne ese porcentaje en agosto, no va en octubre, al igual que el tramo de diputados nacionales provincia por provincia. De la misma manera, no habrá candidatos a gobernador, ni a intendentes, ni a concejales en la provincia de Buenos Aires (40% del electorado nacional) si no se alcanza el piso mencionado, puesto que hay allí una reforma política espejo de la nacional.
Vale explicarlo porque gran parte del pueblo no lo sabe, incluso tampoco franjas de activistas que se interesan o debaten alrededor de su voto al Frente.
Ahora bien, ¿significa esto que debamos llamar a un voto "democrático" al Frente de Izquierda para obtener el 1,5%? Con el mismo criterio, tendríamos que haber llamado a un voto democrático a la izquierda por el piso del 2% del padrón electoral en los últimos 28 años, y llamar a otro voto más democrático todavía en la provincia de Buenos Aires, donde el piso del 3% del padrón (4,5% de la votación aproximadamente) impide consagrar un diputado nacional.
En realidad, reclamar un voto democrático para la interna impide desarrollar el contenido de clase del Frente durante la campaña electoral. Decir "usted está en contra del programa del Frente, pero vótenos igual para que podamos ir a las generales" es un contrasentido para nosotros y para el elector. El objetivo de la campaña electoral es político: interesar a los luchadores y a los trabajadores en una política de clase y socialista, y en desarrollar la capacidad política para enfrentar al poder del capital y del Estado, en el marco de la lucha feroz que provoca el derrumbe capitalista. La función política del Frente de Izquierda debe verse en su relación con la crisis mundial, por un lado, y con la transición de luchas y el surgimiento de nuevos activistas, por el otro. Tenemos un frente único para conjugar estas dos fuerzas históricas poderosas.
El énfasis en atravesar el 1,5% electoral es una autoconvocatoria a la marginalidad política, lo cual no interesa a nadie. Lo que legitima una lucha político-electoral posterior -a partir, digamos, de haber superado ese 1,5%- son los factores señalados: la crisis mundial y la transición histórica de la clase obrera. Si tuviéramos que definir nuestra victoria en la presente campaña, ella sería la de instalarnos como factor de reagrupamiento de la clase obrera y de la juventud en el escenario político, el cual promete luchas, crisis y convulsiones de conjunto. Debemos decir esto explícitamente, para que quede clara la "utilidad" irreemplazable del voto al Frente de Izquierda y de los Trabajadores. No hay ‘voto útil' para los K o para una eventual coalición progre, por la simple razón de que su función no es reagrupar a los explotados sobre una base de clase, ni enfrentar desde esa posición el derrumbe capitalista -en definitiva, el derrumbe del régimen kirchnerista.
Por otro lado, no sería posible movilizar toda una red de comités de bases de apoyo al Frente para un voto que terminaría en agosto, cuando deje definidos a los principales contendientes para octubre. Proyecto Sur vive ya una prematura crisis por el apoyo adelantado que le está brindando al kirchnerismo en la segunda vuelta de la Capital.
El Frente expresa a los que luchamos contra el Estado capitalista y sus partidos, contra la burocracia sindical. Es un movimiento en marcha, en debate sobre la marcha, en el desarrollo de una nueva experiencia política.
El filo del Frente es su planteo de una alternativa política de poder de la clase obrera. Las elecciones no se desarrollan en un vacío social o político, sino en medio de la mayor crisis histórica del capital.
Constituyamos los comités de apoyo al Frente para intervenir políticamente en el proceso de luchas y deliberación de los trabajadores y la juventud, para conquistar al activismo que surge y para debatir desde la lucha electoral común.
Néstor Pitrola