La Nación del domingo 29 titula: "Es del 30% promedio el alza salarial". El título impresiona, pero es interesado. Lo es también la afirmación de Lucio Garzón Maceda, abogado estratega de la burocracia sindical, quien agregó: "De no ser por la pauta del ministerio, la cifra llegaría al 35".
Es cierto que de haber paritarias libres, sin conciliaciones obligatorias, sin multas a los gremios que paran, sin listas de carneros a los docentes que hacen huelga, sin Gendarmería cuando los petroleros echan a la dirección que los entregó, y sin el concurso formidable de la burocracia frenadora y entregadora en todos los gremios, todo habría sido muy distinto.
Pero la realidad es que Gerardo Martínez, de la Uocra, siguió la pauta salarial de Moyano del 24% en cómodas cuotas; la UPCN de Andrés Rodríguez lo mismo, o sea un promedio anual que no llega al 20%; y la UOM otro tanto, sólo que tuvo que adicionar unos negros a fin de año, y un conformado al mínimo (de 3.200 pesos a fin de año). UTA y Ferroviarios ya firmaron hace rato por la pauta, con algún aderezo o sin él, según el caso.
El convenio bancario, citado expresamente por La Nación, fue del 29% en una sola cuota, efectiva. Pero el convenio se traga el primer cuatrimestre: 1.000 pesos en negro por mes. Esto ocurre en el gremio de las fabulosas ganancias de los bancos... Razón por la cual la bronca es pampa en el gremio, al punto que se está cuestionando, y con razón, a las propias internas opositoras de grandes bancos como el Nación o el Provincia, que se comen semejante entregada de parte de una burocracia en decadencia, con su líder preso, mientras el paro general había resultado absolutamente masivo.
En el Smata están haciendo pasar un convenio sui generis: siete por ciento por trimestre. Si uno lo acumula da un 30%, pero en grageas. Al cabo de un año, el promedio es del 20 por ciento. Consecuencia: el odio a la patota crece en las fábricas, crece también cuando adicionan entregadas como las horas extras de fin de semana en VW Pacheco. Pero en el único lugar del país donde hay un cuerpo de delegados independiente, en la VW de Córdoba, una asamblea votó el rechazo, reclamó adelantar dos cuotas y decidió un quite de colaboración y trabajo a reglamento.
En Comercio se ha publicitado un aumento del 30%, también en cuotas. Resulta, sin embargo, que ahora, después de su publicación, Cavalieri les dice a los compañeros que hay que votarlo a él para que se firme después de la elección.
La burocracia petrolera firmó por el 24%, cuando alardeaba con el 36. Llegaron a un acuerdo estratégico para ‘manejar' la crisis de Santa Cruz contra el cuerpo de delegados, Gendarmería incluida.
Es muy claro, entonces, que el gobierno kirchnerista apela a los Cavalieri y a los Roberti (petroleros), a los Martínez y los Andrés Rodríguez, para imponer un coto a los salarios, al punto que ya se aprecia una caída del consumo ante la espiral inflacionaria.
Volviendo a Garzón Maceda, el ideólogo de la propia burocracia dice que "ésta será una de las últimas rondas de negociaciones abiertas", "creo que desde el año que viene van a estar condicionadas por la situación económica".
Aguda advertencia, consciente de la crisis mundial, de la crisis fiscal, y de las tendencias por una mayor productividad y explotación laboral.
Néstor Pitrola