En las sierras cordobesas la situación en torno al agua empeora cada día. De poco han servido los nuevos pozos, los cortes semanales del suministro que soportamos desde 2009 y la tan publicitada obra de La Calera. No se ha logrado impedir que la crisis hídrica se profundice.
Nos preguntamos porqué.
En los últimos años, tanto el gobierno provincial como los municipios se han dedicado a aprobar loteo tras loteo, favoreciendo negocios millonarios de los pulpos inmobiliarios. Los barrios privados y countries se multiplican con la misma rapidez que perdemos lo poco que queda de bosque nativo. Se urbaniza todo lo que está a mano, no importan las nacientes de los arroyos, los cauces y la preservación de las cuencas hídricas.
Se ha festejado con algarabía la obra denominada “camino del cuadrado”. Con ella aumenta el valor de la tierra de los especuladores y se propician sus emprendimientos. A causa de esta obra se destruyó la reserva natural “Vaquerías”, lo cual se hizo en forma deliberada, ya que se presentó el daño como un hecho consumado. Sólo después de producido el enorme daño ambiental, y a raíz de una auditora de la propietaria de la reserva, la Universidad de Córdoba, se ha prometido una reparación por parte del gobierno de Schiaretti, que se calcula tardará 30 años en realizarse y costará más de 100 millones de pesos.
Todo ello fue puesto sobre aviso por varios especialistas y organizaciones ambientalistas y de vecinos de la zona. No les importó un bledo; arrasaron. Tampoco les importaron las advertencias sobre el aumento del riesgo de incendio que esta obra traería en toda la zona. Así, en el último incendio llegamos a perder el 75% de la reserva natural “La Quebrada” con las consecuencias que esto implica: mayor evaporación y menor caudal en los ríos.
Con la pérdida del arroyo Vaquerías, el tapado de vertientes, la alteración del cauce de ríos y arroyos, y el aumento de riesgo de incendios que se favorece desde el propio gobierno, no es muy difícil imaginar dónde está la causa y los responsables de la crisis hídrica que se vive en las sierras de Córdoba.
Unos días atrás Bugliotti, uno de los responsables de la situación, anunció que obtendría la financiación por parte de la Nación para la construcción de un acueducto para las Sierras Chicas. El hecho de que haya sido el especulador inmobiliario el que hizo el anuncio de la supuesta nueva obra pública, da cuenta de hacia dónde se dirige el beneficio de la misma: Bugliotti construye un mega emprendimiento en la ciudad de Salsipuedes. Los intendentes de la zona y el gobierno provincial no abren la boca al respecto.
La crisis hídrica se profundiza, sin embargo los gobiernos locales y provincial siguen tirando de la cuerda en beneficio de un puñado de capitalistas. Ya el año pasado, el PJ, la UCR y Juez votaron en la Legislatura de Córdoba la mal llamada “ley de bosques”, cuyo nombre real debe ser ley de desmonte, y lo hicieron por cuenta y orden de los pulpos sojeros.
Sin embargo, la crisis no termina ahí. Bajo el pretexto de endilgarle a la población la responsabilidad del asunto, se impuso hace años el denominado impuesto al fuego que pagan los consumidores de energía eléctrica, no los especuladores. Los millones que se han recaudado con este impuesto no sirvieron para prevenir ni combatir el fuego, como lo expresó un ambientalista a propósito de los últimos incendios: mas allá de la abnegada tarea de los bomberos voluntarios, el fuego se extinguió cuado no quedaba nada por quemar. Es decir, encima de todo siempre pagamos los trabajadores.
Sobre la base de esta caracterización, desde la Izquierda proponemos el siguiente programa de salida:
1. Preservación y recuperación de los bosques con las especies nativas, verdaderas “fabricas de agua”.
2. Derogación de la ley de “desmonte” y aprobación del proyecto consensuado en la Comisión de Ecología de la Legislatura de Córdoba.
3. Suspensión de factibilidad a cualquier nuevo loteo.
4. Poner fin al acaparamiento privado del suelo, por parte de los especuladores, declarándolo de utilidad pública.
5. Impuestos progresivos al capital inmobiliario y sojero, destinado a solucionar integralmente la crisis hídrica.
6. El sistema de provisión de agua debe ser un sistema unificado estatal bajo control de usuarios y trabajadores.
Pongamos en pie una asamblea regional de vecinos en defensa del agua y el ambiente.