Boicot del kirchnerismo
Por primera vez, el Congreso discutió (en la Comisión de Legislación Penal) un proyecto de aborto legal seguro y gratuito, que fue aprobado. El logro es el resultado de años de lucha del movimiento de la mujer, en particular de los 26 encuentros nacionales de mujeres.
La aprobación, sin embargo, tiene sus reservas: de los 31 miembros de la Comisión, sólo 12 bajaron a sesionar. De ellos, sólo ocho pusieron su firma en alguno de los proyectos: siete lo hicieron por el de la Campaña por el Derecho al Aborto, en tanto que Vega, el presidente de la Comisión, firmó su propio proyecto de modificación del artículo 86 del código penal. El FpV sólo envió a la Comisión a Diana Conti, mientras los diarios insisten en la firme oposición de CFK a consagrar el derecho al aborto. El proyecto debe pasar ahora a la Comisión de Familia y a la de Salud. El presidente de la Comisión de Salud es un kirchnerista, que acaba de firmar junto a Duhalde y otros tantos derechistas en contra del aborto legal.
Se sesionó con un quórum mínimo especial y las firmas del proyecto representan la mitad más uno de los que participaron del debate. No está claro que haya llegado la firma de Liliana Parada -del espacio de Claudio Lozano- que, aunque es vicepresidenta segunda de la Comisión, no estuvo presente. Gil Lavedra de la UCR, Laura Alonso, del PRO, y Martínez, del juecismo, aunque se pronunciaron a favor del proyecto de aborto legal, se negaron a firmar el dictamen. De Marchi, un aliado PRO, cuestionó que hubiera dictamen.
La Comisión de Legislación Penal está integrada por once diputados kirchneristas, diez de los cuales pegaron el faltazo -entre ellos, Recalde y Kunkel. La diputada Conti firmó el proyecto (en disidencia, porque quiere que el proyecto penalice a los médicos que practiquen abortos luego de las doce semanas de gestación), pero abandonó la sala antes de la finalización del debate.
La intervención de la diputada Cynthia Hotton, en oposición al aborto legal, rescató la política del Ministerio de Salud de la Nación -un guiño a los K-, alegando que otorga subsidios a la maternidad.
Mientras esto ocurría adentro, afuera se desarrollaba una movilización a favor del aborto legal, que contó con la presencia de los partidos del Frente de Izquierda, la Fuba, la Compa, la CTA, el PCR y el MST, junto a integrantes de la Campaña por el Derecho al Aborto. Fue destacada la ausencia absoluta de cualquier sector ligado al kirchnerismo. A pesar de algunos pronunciamientos pro aborto legal de Carta Abierta, ninguno de sus miembros se acercó siquiera al Congreso.
El 25 de noviembre, en el día contra todas las formas de violencia contra las mujeres, debemos marchar masivamente advirtiendo que no dejaremos que la lucha por el aborto legal quede en un saludo a la bandera en el Parlamento.
A la luz de este debate abierto se pone más en evidencia el enorme daño que la política del PCR de realizar el Encuentro Nacional de Mujeres en Misiones le imprime al movimiento, negándose a realizar el Encuentro en el centro del poder político, lo que facilitaría una movilización popular por este y todos los reclamos de las mujeres.
La limitada perspectiva parlamentaria obliga aún más al movimiento de mujeres a redoblar los esfuerzos por colocar el reclamo en la movilización popular; caso contrario, el lobby clerical sobre los diputados seguirá ganando la pulseada.
Vanina Biasi