La conciliación obligatoria, última maniobra de Schiaretti para enfrentar la lucha hospitalaria y de los trabajadores estatales, ha naufragado. El SEP, dirigido por el legislador electo Pihen, se ha retirado de la conciliación. También las organizaciones sindicales no reconocidas, que habían ingresado a la misma, lo harían en los próximos días. En dos semanas de "negociaciones", sólo se deslizó la posibilidad de otorgarles 400 pesos de aumento a los profesionales.
Schiaretti termina su mandato con un sistema sanitario destruido, con salarios de miseria y precarización laboral en toda la administración pública. En esas condiciones asume su socio, el cual viene a agravar la situación. La Legislatura acaba de aprobar un presupuesto de ajuste e impuestazos que el propio De la Sota escribió. La pauta salarial para los empleados públicos es del 12% en cuotas para todo 2012 y se han reducido las partidas de salud -donde no hay un centavo para reponer las 5.000 enfermeras que faltan en los hospitales.
El Ersep (ente regulador del Estado) autoriza tarifazos en la luz, el agua y otros. Entre el tarifazo de Cristina y el de De la Sota, la electricidad tendrá un aumento del 150%. El nuevo gobernador viene a garantizar los negocios de los capitalistas, en desmedro de las aspiraciones de los trabajadores y el pueblo.
La designación de Omar Dragún (secretario general del Smata y de la CGT Córdoba) al frente del Ministerio de Trabajo suma a la burocracia sindical al gobierno de los sojeros y las automotrices.
La salida pasa por profundizar lo más productivo hasta el momento: unificar a todos los trabajadores estatales mediante asambleas por establecimientos, asamblea general y paritarios revocables electos, que desarrollen el mandato que une a todos los trabajadores, el cual está encabezado por las consignas: salario inicial de 6.000 pesos, pase a planta de todos los precarizados, no a los descuentos de los días de paro. Un movimiento de estas características forzará al gobierno a dar una respuesta.
Jorge Navarro