En las vísperas del segundo aniversario de la pueblada de Andalgalá, siete gobernadores y Cristina Kirchner cerraron un pacto para enfrentar las puebladas contra los pulpos mineros. El "pacto minero" asocia a los Estados provinciales con los monopolios contaminadores. El oficialista BAE reconoce que, a cambio de estas empresas mixtas, las empresas lograrían "evitar que se revise su privilegiado marco impositivo" (15/9); "el tema tributario no se toca", le cuenta un ‘vocero' del pacto. El "pacto" prevé la constitución de fondos específicos, para otorgar préstamos (deuda) a las administraciones provinciales; se trata de una "unión de por vida" con Xstrata, Anglogold, Barrick, Goldcorp y Glencore. Los firmantes del pacto son los mismos que se adjudican una ‘ofensiva' contra Repsol-YPF.
El acuerdo tiene una cláusula no escrita: la declaración de guerra a los piquetes que luchan contra los monopolios mineros. Estamos ante una "asociación ilícita" para desalojar las rutas. La seguridad pública, la policía y el acceso a Andalgalá han sido colocados bajo una guardia privada del pulpo La Alumbrera. En el noroeste argentino tenemos unas Falklands gobernadas por gurkas nacionales y populares.
La malvinización, una careta
Lo que ocurre en el norte desnuda que la agitación malvinera del kirchnerismo es un taparrabos de la entrega a los fondos de inversión de la city de Londres, donde recogen el capital los pulpos mineros. El ‘pacto minero' bien podría ser firmado por Cameron para Malvinas: policía, seguridad pública, yacimientos y sus accesos para el Reino Unido, pero con la bandera celeste y blanca. El gobierno nacional y popular quiere seducir a los piratas con el ejemplo.
Una crisis de conjunto
La entrega de los recursos del suelo a los monopolios mineros, que abarca al conjunto de América Latina, ha cobrado un vigor inusitado, porque forma parte de la lucha desesperada por el control de las materias primas entre los capitales acuciados por la crisis capitalista. A su vez, pone al desnudo las limitaciones insalvables de los gobiernos nac & pop como Correa, Humala, Morales, Rousseff y CFK. La explotación depedradora emerge de la necesidad de elevar la tasa de beneficio mediante una rotación más rápida del capital.
La rebelión popular que baja de La Rioja, de Catamarca y de todo el noroeste argentino reclama un apoyo de conjunto, que necesariamente depende de una lucha real contra la totalidad del ajuste. Se encuentra en debate la concreción de una gran jornada de lucha para el próximo primero de marzo. Ganemos las calles con una intensa agitación política por la expulsión de los monopolios mineros, contra los tarifazos y el ajuste.
Marcelo Ramal