El Ministro de Educación de la Nación Alberto Sileoni, volvió a embestir contra la docencia. Ahora, con el fantasma del ausentismo docente plantea “una mayor presencia del Estado en el otorgamiento de licencias médicas y el ordenamiento de las normas sobre reemplazos de maestros” (Télam, 7. 04.12). Sileoni profundiza así el ataque de la presidenta Cristina Kirchner, que acusó a los docentes de privilegios, entre ellos la estabilidad laboral y las licencias. En este ataque a las condiciones laborales docentes Sileoni y CFK no están solos: todos los gobernadores (desde Bonfatti hasta De la Sota) respaldan la escalada anti-docente del gobierno. Para avanzar en este vil cometido, Sileoni ha llamado a los padres a enfrentar a los maestros de sus hijos, como un puntero : “el problema del ausentismo docente no ocurre sólo en la Argentina, dijo, pero aquí hay una excesiva tolerancia social tanto para el docente como para los alumnos”. Sileoni convocó a las familias "a involucrarse más para acompañar y enfrentar estos problemas" (ídem).
Pero el ministro quiere hacer pasar gato por liebre, y ataca a los docentes para desembarazarse del derrumbe educativo del cual es responsable.
El ministro reconoce en este mismo reportaje de la agencia oficial de noticias que el ausentismo afecta en las escuelas porque el Estado no cumple con el Estatuto Docente, que prevé justamente los reemplazos de los educadores que justificadamente no pueden asistir a sus trabajos: “puso como ejemplo que en algunos casos la jurisdicción reemplaza con un maestro suplente a los tres días de ausencia del titular, mientras que en otras el reemplazo se produce cada 15 días”. Los días sin maestros en las aulas, entonces, son responsabilidad del gobierno, que no los reemplaza. Lo que Sileoni reconoce con esta confesión es que los trabajadores de la educación, los únicos que verdaderamente sostienen la educación en escuelas que se derrumban, sin mobiliario y con condiciones sociales brutales de las familias de sus alumnos, trabajen enfermos.
El ministro pasa por alto que el salario de bolsillo de un maestro de grado (cargo testigo en la mayoría de las jurisdicciones), ronda el 40% de la canasta familiar –sin detenernos en los salarios básicos que son una verdadera miseria-, por lo cual la mayor parte de los docentes - que logran acceder- trabajan hasta dos y tres cargos o un sinnúmero de horas cátedra/módulos, para tener un ingreso mínimo para vivir. Que esta situación, sumada a la sobrecarga laboral, los déficit de infraestructura, la precarización laboral que avanza a través de múltiples planes que ignoran el Estatuto del Docente, y la inexistente tarea de prevención de accidentes y enfermedades laborales que debería realizar el estado, transforman la actividad docente en altamente insalubre.
También miente Sileoni cuando dice que aumentarán las horas de clase de los alumnos “con los programas de jornada extendida en las escuelas primarias que ya abarca a un 6 ó un 7% de los establecimientos". Efectivamente, la ausencia de jornadas extendidas en la mayoría de las escuelas del país es una enorme injusticia, pero para ello hay que multiplicar el presupuesto educativo, porque hay que construir el triple de las escuelas que existen, lo mismo que hay que incrementar el gasto en educación para cumplir con los reemplazos docentes. Miente cuando dice que la educación pública ha mejorado gracias a “la existencia de la Asignación Universal por Hijo, a la gran cantidad de libros distribuidos en todo el país y a las netbooks del Programa Conectar-Igualdad”. Los datos del propio Indek señalan que la matrícula de alumnos ha decaído en alrededor de 230.000 en primaria, y otro tanto en media, esto más allá de que en una amplia cantidad de las escuelas del país las computadoras no se pueden utilizar porque no funciona el piso tecnológico para ello y porque existe un referente técnico para más de 50 escuelas de distintos distritos, lo que hace imposible el sostenimiento básico del sistema informático.
El Ministro reivindica la “evaluación docente” como si los docentes fueran responsables de la crisis del sistema educativo. Por otro lado, omite señalar que en la Ciudad de Buenos Aires, distrito clave, Macri anunció que intentaría avanzar en la aplicación del salario “por mérito”, y para eso eliminó las juntas de clasificación. En Salta, por su parte, el nuevo sistema de evaluación docente penaliza incluso las inasistencias justificadas –por embarazo o por enfermedad-.
Sileoni miente, porque también las cifras del Indek recientes indican que desde la escuela primaria está creciendo la privatización de la educación argentina que, hoy, es casi botín de las escuelas y colegios privados (45%), la mayoría de los cuales está subsidiado por el Estado por cifras multimillonarias.
Las declaraciones del Ministro apuntan a un ajuste en la educación pública. Contra este ajuste, el congreso de delegados y seccionales docentes de oposición, reunido en Neuquén en el mes de marzo, convocó a una gran movilización nacional el día 20 de abril, para defender la educación pública con movilizaciones a las principales plazas del país. Vamos a fondo en esta convocatoria.
Alertamos a los papás para que pasen por alto la patraña del ministro Sileoni y que juntos salgamos, maestros y padres, a luchar por la defensa de la educación pública.
Tribuna Docente - Lista Rosa Ctera
10/04/12