La ley de Identidad de Género, que tuvo su aprobación definitiva en el Senado, plantea una serie de reivindicaciones fundamentales para las personas trans -intersexuales, travestis, transexuales y transgénero- , y debe ser comprendida como un logro de los movimientos LGBTI, activistas y organizaciones que vienen luchando y reclamando históricamente por esos derecho – en particular del, Frente Nacional por la Identidad de Género, que redactó el proyecto original. No se trata, por tanto, de una dádiva de un gobierno y de la oposición patronal que la están votando, que poco ha hecho por transformar la terrible situación de discriminación social y laboral de todos los que han reclamado esta ley, y que está muy lejos de la glamorosa presentación mediática de quienes pretenden usurpar esta conquista. La violencia policial ejercida por el Estado y la criminalización de las sexualidades disidentes son realidades cotidianas. La cifra de mortalidad temprana es altísima, siendo sus tres principales causas las cirugías clandestinas con materiales ilegales, el HIV y los asesinatos a manos de la policía y proxenetas. Entre los travestis, desocupación se acerca al 100%, siendo la utilización y venta de sus cuerpos para el multimillonario negocio de la prostitución, regenteados porpolicía y proxenetas, casi la única salida laboral.
Si bien el cambio registral en el DNI es un requisito que el Estado impone a las personas trans para el paso por las instituciones escolares, de salud y laborales, esto no soluciona cabalmente la discriminación cotidiana y fundamentalmente, las trabas para acceder a un trabajo digno y a una atención médica adecuada. De hecho, la ley no contempla el punto de la inserción laboral y la discriminación de las patronales, que sigue condenando a estas personas a la precariedad y la prostitución. Además, es una tarea fundamental, que dependerá de la iniciativa popular, el lograr, en caso de la sanción de la ley, que el Estado garantice el acceso seguro, libre y gratuito a las operaciones y tratamientos necesarios. Con un sistema de salud colapsado, debido a la falta de inversión estatal, que no garantiza los servicios básicos ni la efectiva distribución de anticonceptivos y medicamentos, esta tarea une necesariamente el reclamo al movimiento de lucha en defensa del sistema hospitalario público.
Para avanzar en estos reclamos es imprescindible luchar por la independencia política del movimiento gay-lesbico transexual. respecto del Estado. Sólo así será posible una real acción por estas reivindicaciones
La votación de los bloques patronales a ley de identidad de género contrasta con la actitud de sus diputados en cada provincia, donde sus policías y disposiciones municipales se dedican a condenar a las personas transexuales, a perseguirlas y a profundizar la discriminación.
Por esto mismo, planteamos: Ley de Identidad de Género ya. No a la heterosexualidad impuesta compulsivamente por el Estado. Separación de la Iglesia y el Estado. Descriminalización y despatologización de la diversidad sexual. Programas de inserción laboral para personas transexuales. Libre expresi ón de la identidad de género y sexual en ámbitos laborales, educativos y de salud. Que el Estado garantice el acceso a tratamientos quirúrgicos y hormonales de cambio de sexo. Aborto legal, seguro y gratuito. Educación sexual laica y científica. Suministro de anticonceptivos gratuitos y de protección contra ETS para todos. No a la persecución policial y la violencia de género a gays, lesbianas y transexuales.
Partido Obrero