La marcha de Moyano no llega nunca, se parece a las tropas de Alais. Ahora dice que hará dos, a falta de una. La primera, por los salarios familiares, al Inadi -es decir para reclamar por la “discriminación” sufrida por quienes no cobran. No conocemos organismo más inútil que el Inadi, el cual sería el encargado de reparar una desviación que alcanzó, en 2011, la friolera de 1.800 millones de pesos. Esa es la cifra que el año pasado -este año será mucho más- tuvo la Anses de “superavit” en la cuenta de los aportes patronales por salario familiar. Esto porque primero Boudou y ahora Bossio, a cargo de la Anses, por orden de la Presidenta le pagan los salarios por hijos a cada vez menos trabajadores y por montos cada vez más exiguos -136 pesos por hijo para salarios de 4.000 pesos. Ese dinero fue usado para suscribir bonos de la deuda pública, entre otros subsidios al capital. Después de las paritarias, el aumento del superávit de la cuenta sería geométrico, no porcentual, debido a la tablita. Dejaría de cobrarlo la mitad de la clase obrera ¿Se va al Inadi contra esta confiscación?
La segunda marcha del secretario de la CGT sería al Congreso, por el Impuesto a las Ganancias a los salarios. Esto es más complejo todavía. Moyano prepara un proyecto de ley que impulsaría mediante la movilización y no la hace mientras no esté listo. Para esto se reunió pomposamente con toda la cúpula radical y logró entusiasmar a otros “destituyentes” como Prat Gay, quien ya está pensando cómo reemplazar la caída de la recaudación mediante algún otro impuesto -es decir que está preocupado para que el presupuesto público siga sosteniendo el puntual pago de la deuda, los subsidios a la patria contratista, sin mencionar los de las privatizadas de energía y transporte donde, para estos nuevos aliados de Moyano, sería mejor cortar por lo sano con tarifazos y se acabó.
Cualquiera se da cuenta la vía muerta que pueden ser estos proyectos de ley en el Congreso de amplia mayoría K. Es decir que Moyano no pretende torcerle el brazo a Cristina para que libere los salarios de la cuarta categoría y reponga un salario familiar. No hablemos de los topes de paritarias que, simplemente, aceptó sin lucha alguna de parte de los propios gremios afines -veremos la paritaria camionera.
La pretensión de Moyano es “acumular” con la oposición -incluidos, por supuesto, los del Peronismo Federal, los que ya se anotaron con él en el apoyo a Scioli. Y no hablemos de alguna futura confluencia de Scioli con Macri, lo que haría las delicias de Barrionuevo y varios de los aliados moyanistas como Genta, del Sutecba.
Moyano, que se pasó hablando de que la CGT se pasa al campo de la “defensa de los derechos de los trabajadores” y de que necesitamos “un presidente trabajador”, le escapa a ir a la Plaza de Mayo convocando a todo el movimiento obrero a un plan de lucha, mientras se anota políticamente en las salidas más rabiosamente partidarias del ajuste y hostiles a la clase obrera, las que vienen de aprobar el impuestazo de Scioli, excepto la partecita que afecta al capital agrario, donde el gobernador decidió por decreto.
Por un Congreso de Bases de la CGT, paro y movilización a Plaza de Mayo, por un plan de lucha: anulación de Ganancias en los salarios, salario familiar de 700 pesos por hijo para todos, ningún tope en las paritarias, salario equivalente a la canasta familiar y actualización según el costo de vida.
Néstor Pitrola