La reprivatización de YPF ha dado otra vuelta de tuerca con el ingreso del multimillonario mexicano Carlos Slim. El dueño del pulpo Claro, en su momento, financió la entrada de Ezquenazi a YPF. Como Ezquenazi no puede pagar esa deuda, Slim, prestamista de última instancia, se quedó con las acciones correspondientes.
Pero la operación tiene otras implicancias. El megapulpo mexicano es también accionista del grupo financiero español La Caixa. A su vez, La Caixa controla el 13% del capital accionario de Repsol. En los últimos dos años, Slim ha inyectado recursos en La Caixa para contribuir a su rescate de la bancarrota de la banca peninsular. La Caixa, a su turno, detenta el 20% del banco mexicano Imbursa, controlado por los Slim. Entre Slim y La Caixa, por lo tanto, hay un fuerte entrelazamiento accionario. El lugar que pasa a ocupar Slim en YPF reforzará la posición de la petrolera española.
Según ha trascendido, el aterrizaje de este socio mexicano de La Caixa a YPF no se produjo solo: fue resultado de largas gestiones de uno de los principales asesores de Slim, el abogado Juan Manuel Abal Medina, furioso kirchnerista y padre del actual jefe de Gabinete. En definitiva: para reemplazar a Ezquenazi, el cristinismo fogoneó el ingreso a YPF de un aliado de Repsol.
Marcelo Ramal