5 de julio de 2012

Después de la marcha a Plaza de Mayo

Realineamientos políticos

Nada sigue igual después de la movilización a Plaza de Mayo. En la base de grandes sindicatos que no movilizaron se produjeron fracturas. Las más sonadas, Smata y Luz y Fuerza de Córdoba; pero, por ejemplo, el sindicato de Comercio de La Matanza movilizó 80 micros hacia la plaza. Una columna de 500 taxistas de la capital se le abrió a Viviani -en su principal bastión-, y concurrió a la movilización. No quiere decir que estos sectores automáticamente se alinean con Moyano, pero usaron la movilización para reposicionarse en las internas de sus sindicatos. El Smata Córdoba es el sector más afectado por la crisis automotriz, y en Luz y Fuerza se agrava día a día la crisis de los subsidios y la pendiente “sintonía fina”.

Por otro lado, contradictoriamente, Moyano se sigue debilitando. Lobais, de textiles, apretado por la amenaza oficial del retiro de 2000 “repros” tomó distancia, y se sumó al éxodo de un grupo de “históricos” del MTA -Iadarola, de Foetra; Marano, de Fatida, el SAT (televisión) y otros sectores de la Confederación de la Comunicación que, al igual que la debilitada Confederación del Transporte, era pilar del moyanismo.

La crisis más emblemática es la de Schmid, de Dragado, que no movilizó ni estuvo en el palco después de escribir que “Cristina y Moyano son dos liderazgos que juntos suman y divididos no está tan claro”. Para Schmid, “es un contrasentido la fractura entre un gobierno popular y los trabajadores”. Según La Nación (29/6) este debate se dio en el menguado asado de balance del acto al día siguiente, donde un “peso pesado” criticó a Moyano por el discurso “demasiado peronista”. La crítica no resulta clara, pero para el MST fue un pretexto para plantear una alianza entre “Moyano, la CTA Micheli y la Federación Agraria”. Por supuesto, en esta crisis se inscribe la “dualidad” de Recalde y de Facundo Moyano.

La cuestión de la perspectiva política del choque de Cristina con los trabajadores es el problema de los problemas políticos. El margen de maniobras del gobierno no es escaso, directamente es negativo. La provincia de Buenos Aires ha dejado de pagar el aguinaldo, que debería ser gravado con el impuesto a las Ganancias. Probablemente la caída de la recaudación esté anticipando una caída todavía mayor de la actividad económica, y la crisis bonaerense sea el anticipo de otras parecidas en grandes provincias como Córdoba o Santa Fe; sabemos que la de Santa Cruz viene desde el primer día del año.

La situación abierta plantea la continuidad de la tendencia huelguística -que ya mismo se expresa entre el medio millón de estatales bonaerenses- y, al mismo tiempo, el debate de la salida política para abrir un rumbo por izquierda, de los trabajadores, ante el ajuste del gobierno. Acá reside la importancia de la columna clasista que impulsó el FIT, donde se nuclearon decenas de cuerpos de delegados clasistas y antiburocráticos, brindando a otros sectores una movilización independiente, de izquierda, con un programa definido. Con la columna se movilizaron AGD, Sitraic, Suteba Escobar, Ademys, ATE Sur, Atrana, Suteba legítimo de La Plata, delegados de la línea 60, junto a las masivas delegaciones de gráficos, subtes, alimentación o ferroviarios con decenas de cuerpos de delegados fabriles de todas las centrales. También una importante fracción de ATE Capital, desprendida de la marcha divisionista acordada entre el sector K y el michelista. En Villa Constitución, la agrupación El Martinete -que expresa una fracción entera del cuerpo de delegados metalúrgicos- se definió “ni con Moyano, ni con Micheli, contra el impuesto al salario y por salario familiar para todos”, colocando una posición independiente frente a la defección de la UOM local.

Por otro lado, al igual que en camioneros, al interior de los gremios barrionuevistas que se movilizaron hubo contingentes antiburocráticos como en plásticos, técnicos aeronáuticos o papeleros.

El impacto político de nuestra columna y de la intervención del Frente de Izquierda en la movilización -delimitado del discurso de Moyano, que no planteó continuidad alguna y circunscribió el planteo a una interna del PJ y hasta del gobierno ajustador (Scioli)- indican el nuevo campo para un desarrollo en la próxima etapa. El reclamo de plan de lucha de la CGT mediante un Congreso de Bases resulta absolutamente válido, acompañado del planteo de una salida política de los trabajadores para que la crisis la paguen los capitalistas. Por otro lado, en la lucha por la huelga general estatal en la provincia de Buenos Aires se jugará un capítulo importante en la etapa inmediata.

Néstor Pitrola