Asamblea general
Luego de las suspensiones del miércoles 22 en Iveco -la fábrica de camiones de Fiat-, ahora fue Renault quien volvió a suspender su producción -en principio por un día-, el viernes 24. Esta vez el argumento fue la falta de un insumo. En junio, Renault había puesto en marcha un plan de suspensiones para los días viernes, que tenía como fin “regular el stock”, debido a la caída de las ventas en Brasil. En julio se dieron suspensiones con el argumento de una huelga aduanera en el país vecino.
Sea por problemas de insumos, por dificultades aduaneras -vía Moreno o en Brasil-, por “regulación de stock, las suspensiones no cesan.
Las razones son profundas. “En los primeros siete meses del año, Renault Argentina fabricó un 4% menos de unidades que en el mismo período del año pasado. En lo que va del año, el retroceso de toda la industria automotriz es del 12,4%. A esto se agregan las presiones de las terminales para que se produzca una devaluación en regla.
La burocracia del Smata actúa como vocero de las patronales y sale a explicar cada parate, eximiéndose de intervenir activamente en la crisis. Su argumento es que los trabajadores cobran el 75% de sus salarios los días de suspensión. Pero a la merma directa del salario, hay que agregarle los despidos encubiertos por contratos no renovados, la situación de las tercerizadas -que no están bajo convenio del Smata- y el hecho de que este año la “paritaria” significó la prórroga de un acuerdo que el hiperkirchnerista Pignanelli del Smata nacional firmó el año pasado con un 6% trimestral; o sea que no hubo paritaria.
La única salida es la intervención de los trabajadores con un programa propio que parta de la prohibición de despidos y suspensiones y reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario hasta un plan de reconversión de la industria bajo control obrero.
Para enfrentar esta situación reclamamos la asamblea general de todos los metalmecánicos de Córdoba.
Eduardo Salas