El gobierno falta a la verdad cuando dice que el bloqueo a la aplicación de la ley de medios se debe a las medidas cautelares que logró Clarín para evitar la “desinversión”. Los otros monopolios de la comunicación no han desinvertido nada, a pesar de que no los protege ninguna cautelar -sólo el gobierno. Por ejemplo, el de Vila-Manzano, aliado al kirchnerismo, el cual espera quedarse con lo que le quiten a Clarín.
Ell gobierno tampoco ha hecho cumplir el artículo de la ley que establece que las empresas de servicios públicos no pueden poseer medios de comunicación audiovisuales. Telefónica, por ejemplo, es propietaria de Canal 11 (Telefé) y ha pasado a formar parte de los medios pro-kirchneristas.
El derrape de la “ley de medios” obedece a que las medidas establecidas para perjudicar a Clarín están concebidas para cambiar el reparto del negocio y no en poner fin al negocio capitalista de los medios. Bajo el capitalismo, un medio de comunicación necesita capital -o sea la posibilidad de abarcar un mercado que lo haga rentable. Una verdadera democratización requiere que los medios pasen a manos públicas y su uso esté en manos de los trabajadores y de todas las tendencias del arte, la cultura, el deporte y la vida social en general.
Gabriel Solano