El valor de los piquetes
Delasotistas y kirchneristas coincidieron en carnerear el paro general. Dragún, del Smata, se pasó varios días elogiando a De la Sota por haber rechazado el impuesto al salario frente a Deborah Giorgi. Sin embargo, el Smata no paró “para no hacerle el juego a la CTA”. Lo mismo hicieron los gremios delasotistas como el SEP.
El Sueom, UEPC y judiciales, entre otras conducciones kirchneristas, no pararon para no “hacerle el juego a Clarín y a la Federación Agraria”.
Los gremios estatales, que ya han llevado la lucha contra los recortes jubilatorios de De la Sota al muere, “canjearon” el paro del 20 por uno provincial el 30. En el medio del debate por un presupuesto que aumenta impuestos y consagra los recortes salariales, ese paro será… para exigir al Tribunal Superior de Justicia que declare inconstitucional la modificación jubilatoria de De la Sota.
Lo cierto es que ninguna de estas conducciones convocó a asamblea alguna para que los trabajadores decidieran frente al paro. De hacerlo, hubiese sido votado masivamente.
Los reproches a la burocracia de todos los gremios fueron muy fuertes a través de los medios y en las jornadas previas al paro; el reclamo era el mismo: queremos parar, ¿a quién consultaron para no hacerlo?
Es lo que sucedió con UTA, cuya conducción decidió carnerear el paro, pero a las 10 de la mañana lo decretó con el argumento de falta de seguridad frente a los piquetes. En casi todas las líneas los delegados fueron convocados por los trabajadores, que en asamblea los castigaron por no haber convocado al paro por las reivindicaciones obreras. Finalmente UTA lo levantó a las 16 horas luego de presiones del gobierno provincial.
Con Aoita (choferes del servicio interurbano) el paro de se decretó a partir de las 12 y no pudo ser levantado hasta las 24 horas.
Hay un antes y un después de este paro en el movimiento obrero cordobés.
Quienes sí pararon además de ATE, fueron Luz y Fuerza (que decidió no movilizar), los recolectores de residuos (que cortaron parcialmente los puentes de acceso al centro junto a taxistas y remiseros), correo y bancarios. Los piquetes de los gremios y los partidos de izquierda vaciaron el centro de la ciudad, con el paro de UTA se terminó por suspender las clases ante la escasa concurrencia de alumnos y docentes.
Al mediodía, 1.000 trabajadores con una marcha y un acto finalizaron la protesta.
Eduardo Salas