La CGT y la CTA opositoras han resuelto un paro general para este martes 20.
Las razones de la huelga son muy claras.
El gobierno paga la deuda externa y rescata a los privatizadores con inflación e impuestazos.
La carestía ya se ha devorado los aumentos de la última paritaria.
Dos millones de compañeros pagan el impuesto al salario.
Muchos otros se han quedado sin asignaciones familiares.
La recesión y la desorganización económica se han cobrado cien mil puestos de trabajo.
Por los mismos motivos, crece la presión de las patronales para tercerizar y precarizar.
El gobierno ha reforzado el régimen menemista de las ART.
El martes 20 vamos a hacer oír estos reclamos con la huelga.
Pero será también una ocasión para que los trabajadores intervengamos en la enorme crisis nacional.
La oposición tradicional trabaja para llevar a su campo la enorme insatisfacción popular.
Pero sus ‘salidas’ a la crisis son tan nefastas como las del gobierno: quieren una devaluación y un ajustazo -o sea, otro golpe al salario y a las jubilaciones.
Las centrales opositoras no han llamado a marchar a la Plaza. Tampoco le han dado una continuidad al paro a través de un plan de lucha.
Quieren colocar a la clase obrera como furgón de cola de los Macri, Binner o De la Sota.
Pero un paro contundente debe tener otra mira: debe servir para colocar a la clase obrera y a sus reclamos en el centro de la crisis nacional.
Es la ocasión para oponernos a todos los ajustadores -oficialistas u ‘opositores’.
Y de convocar a todos los ‘indignados’ con las confiscaciones oficiales y el régimen de poder personal a encolumnarse junto a la clase obrera.
Por todo lo anterior, concretemos asambleas y plenarios para garantizar el éxito de la huelga general en todos lados.
En los gremios que adhirieron y en aquéllos que no lo hicieron.
Por la anulación del impuesto al salario. Por salario familiar para todos y aumento a 700 pesos por hijo. Un sueldo básico de 7.000 pesos y doble aguinaldo. Apoyo a los reclamos de 4.000 pesos de compensación para fin de año. Reapertura de las paritarias en los gremios rezagados. Por el 82% móvil para los jubilados. No al pago de la deuda externa. Nacionalización de las empresas privatizadas bajo control de los trabajadores. Abajo las ART, por comisiones obreras de salubridad y seguridad.
Paremos también para acabar con las patotas y la burocracia sindical de los Pedraza.
Para terminar con el régimen de poder personal y la tentativa de re-reelección, y por la revocatoria de todos los cargos.
Coloquemos a la clase obrera y a sus reclamos al frente del descontento popular.
Impongamos una salida de los trabajadores a la crisis nacional.