El lunes 19 falleció Gustavo Spedale.
Gustavo fue un gran luchador de la generación del Cordobazo. A fines de los ’80, junto a varios activistas, participó de la recuperación del sindicato de Obras Sanitarias de la provincia. En el ’94, Spedale (en ese momento secretario del interior) renunció a la conducción del gremio en protesta contra la burocratización de Luis Bazán. En el ’95 jugó un importantísimo papel en los plenarios de activistas y delegados en la lucha contra el ajuste del gobernador Angeloz. Spedale denunció vivamente a la burocracia que entregó la lucha y, particularmente, a Bazán. Un reportaje en Prensa Obrera de la época da cuenta de su lucha.
Junto a su inseparable compañera, Ana Poratti, se convirtieron en la cabeza de la lucha contra la privatización de la empresa de agua y por la recuperación del gremio.
Gustavo dedicó (en el medio de una salud resquebrajada) todas sus energías a combatir la privatización de Suez-Roggio y el negocio privado con el agua. En eso estuvo hasta sus últimos días.
Marxista y socialista, Gustavo fue candidato a senador provincial del PO en 1999. Siempre fue fiscal en las elecciones y un lector consecuente de Prensa Obrera. Inteligente, agudo, profundamente riguroso en sus análisis, sus escritos son material obligatorio de consulta a la hora de la lucha por la defensa del agua.
Gustavo había decidido, en las últimas elecciones de la CTA, sumarse a la conducción local ligada al michelismo -para preservar, según sus palabras, el espacio que había conseguido en la lucha contra Roggio y Suez. Creo que fue la única vez que tuvimos una diferencia de fondo.
Acompañamos a su inseparable compañera de la vida y de la lucha, Ana, a sus hijos y a su madre en el dolor de la ausencia.
Eduardo Salas