La inflación engordó los balances de los bancos y monopolios alimentarios. Pero su contrapartida es una monumental confiscación a los salarios y jubilaciones. Los tenedores de la deuda externa argentina –que acaban de recibir el mayor pago de su historia- tendrán una Navidad muy superior a la de las familias obreras de Argentina.
Bariloche es una versión corregida y aumentada de esta realidad: detrás de la fachada turística, la desocupación de jóvenes y trabajadores asuela las barriadas. Un dirigente vecinal de esa ciudad, entrevistado por las radios porteñas, no pudo ser más claro: “Aquí –dijo- nos estamos cagando de hambre”. Hasta el mismo intendente de Bariloche le describió esa realidad al jefe del gabinete. Pero la única respuesta de Abal Medina fue el envío de 300 gendarmes. En cambio, no conocemos una sólo medida oficial para paliar, de modo urgente, las necesidades planteadas en los barrios postergados.
De cara a esta crisis, el Partido Obrero plantea que dirijamos los reclamos al poder político, y con un programa:
1. entrega de ayuda alimentaria inmediata a todas las familias que lo necesitan, bajo control de representantes electos de los barrios.
2. empadronamiento urgente de todos los desocupados, y otorgamiento de un subsidio equivalente al 80% de la canasta básica.
3. Puesta en marcha de un plan de obras públicas y viviendas en los barrios y municipios afectados, que asegure trabajo a todos los desocupados empadronados.
4. Eliminación inmediata del IVA y los impuestos al consumo, salario igual a la canasta familiar, restitución de las asignaciones familiares.
5. Anulación de los tarifazos en el transporte público.
Hacemos un llamado al conjunto de las organizaciones políticas, sindicales y sociales ligadas a la clase obrera a impulsar asambleas en los barrios, para organizar movilizaciones a los municipios por este programa de reclamos.
PARTIDO OBRERO