Después de prometer grandes anuncios, Cristina Kirchner sólo sacó de la galera algunas maniobras políticas, con vistas a las elecciones legislativas de 2013. La llamada “reforma de la Justicia” no pasa de la elección directa de los miembros del Consejo de la Magistratura, que es una cueva de trenzas para digitar el nombramiento de jueces inamovibles. El Consejo se convertirá aún más en un instrumento del partido ocasional en el poder, e incluso en un reñidero de camarillas que acompañará las crisis del partido oficial.
Cristina Kirchner siguió pisoteando el fallo Badaro, y con ello mantiene vigente la confiscación despótica de los jubilados, mientras promete fórmulas de pago a fondos buitre con dinero de Anses. Reclama "justicia legítima" pero niega el acceso a ella a los accidentados laborales, para beneficio de los buitres de las ART.
El gran anuncio de la jornada fue la decisión de limitar la responsabilidad patrimonial del Estado y de sus funcionarios en los litigios, en el país de la masacre de Once. Boudou, que estaba a su lado, festejó a rabiar, ni qué decir Jaime o De Vido. La exoneración de la familia oficial por el inefable Oyarbide, en la causa por enriquecimiento ilícito, no es ajena a esta decisión peculiar. Fue la causa más apreciada de los Berlusconi.
La presidenta, con respecto a Irán, dijo: “Hoy no tenemos nada”. Denuncia de este modo la impostura de la ley que acaba de hacer votar a sus acólitos, porque no ordena abrir los archivos de la Side ni reclama lo mismo a ayatollas, yanquis y sionistas.
Cristina ha vuelto a faltar a la verdad con un “desendeudamiento” que no existe. La deuda pública no ha cesado de crecer. Más de la mitad de ella, que es de 200 mil millones de dólares, la tienen el Banco Nación, el Central y la Anses. Sólo el cupón PBI, en manos de buitres extranjeros y nacionales, implica una carga adicional de 20 mil millones de dólares, en manos privadas. Desde 2005, la deuda se incrementó en más de 50.000 millones de dólares.
CFK pretendió sorprender con el anuncio de que no busca la re-re. Esto vale hasta el próximo 1 de marzo. Todo esto en medio de un derrumbe económico y social manifiesto, que el discurso no logró ocultar. Comparó indicadores sociales con la bancarrota de 2002, y escamoteó la declinación manifiesta de la actualidad.
La presidenta, con respecto a Irán, dijo: “Hoy no tenemos nada”. Denuncia de este modo la impostura de la ley que acaba de hacer votar a sus acólitos, porque no ordena abrir los archivos de la Side ni reclama lo mismo a ayatollas, yanquis y sionistas.
Cristina ha vuelto a faltar a la verdad con un “desendeudamiento” que no existe. La deuda pública no ha cesado de crecer. Más de la mitad de ella, que es de 200 mil millones de dólares, la tienen el Banco Nación, el Central y la Anses. Sólo el cupón PBI, en manos de buitres extranjeros y nacionales, implica una carga adicional de 20 mil millones de dólares, en manos privadas. Desde 2005, la deuda se incrementó en más de 50.000 millones de dólares.
CFK pretendió sorprender con el anuncio de que no busca la re-re. Esto vale hasta el próximo 1 de marzo. Todo esto en medio de un derrumbe económico y social manifiesto, que el discurso no logró ocultar. Comparó indicadores sociales con la bancarrota de 2002, y escamoteó la declinación manifiesta de la actualidad.
Detrás de los anuncios rimbombantes sólo quedaron las maniobras menores de un gobierno en crisis.
Jorge Altamira, candidato a diputado nacional del Frente de Izquierda por la Ciudad de Buenos Aires.
PARTIDO OBRERO