El lunes 22, y por tercera vez consecutiva, el gremio de la UTA marchó a un paro contra la privatización de la empresa municipal de transporte, Tamse. Esta vez no sólo adhirió la división buses de Tamse, que concentra casi al 40% del servicio, sino que lo harán la totalidad de las empresas.
El intendente radical Mestre busca por todos los medios evitar lo inevitable: que los trabajadores vayan a la huelga. En un acto de desesperación por frenar el paro, el secretario de Transporte, Cardeilhac, llegó a declarar que “aquellos trabajadores que eventualmente no sean incluidos en el nuevo esquema, continuarán en la Tamse residual, que tiene a cargo los trolebuses”. Lo cual no hace más que fundamentar la denuncia pública que hizo el Partido Obrero: el “nuevo sistema” que pregona Mestre no sólo no garantiza la estabilidad de los compañeros de Tamse, tampoco la de los compañeros de las otras empresas privadas que entrarán en proceso de licitación, como Ciudad de Córdoba y Coniferal. El fracaso de las empresas “residuales” tiene larga data en Córdoba.
La lucha de los trabajadores contra la privatización tuvo su preparación del lado de la agrupación clasista Ortuta y del Partido Obrero, que hace meses viene interviniendo y denunciando el proceso de privatización y sus consecuencias. Esto nos dio una fuerte autoridad entre los trabajadores: la conducción de UTA, que realizó una fuerte campaña de hostigamiento a nuestros compañeros, debió pasar a un reconocimiento público a nuestro partido y sus dirigentes por ser el “único que enfrenta la privatización”. El sábado 13 vinieron a una charla del PO los principales referentes de la oposición, para discutir con Eduardo Salas una orientación para enfrentar la privatización.
Hemos presentado en el Concejo Deliberante un proyecto de ordenanza contra la privatización de la Tamse que ha generado mucha simpatía entre los trabajadores y nos ha permitido una importante presencia pública para desarrollar nuestra posición. La agitación del Partido Obrero apunta a sumar al conjunto de los trabajadores cordobeses a esta lucha.
Alejandro Roqueiro
El intendente radical Mestre busca por todos los medios evitar lo inevitable: que los trabajadores vayan a la huelga. En un acto de desesperación por frenar el paro, el secretario de Transporte, Cardeilhac, llegó a declarar que “aquellos trabajadores que eventualmente no sean incluidos en el nuevo esquema, continuarán en la Tamse residual, que tiene a cargo los trolebuses”. Lo cual no hace más que fundamentar la denuncia pública que hizo el Partido Obrero: el “nuevo sistema” que pregona Mestre no sólo no garantiza la estabilidad de los compañeros de Tamse, tampoco la de los compañeros de las otras empresas privadas que entrarán en proceso de licitación, como Ciudad de Córdoba y Coniferal. El fracaso de las empresas “residuales” tiene larga data en Córdoba.
La lucha de los trabajadores contra la privatización tuvo su preparación del lado de la agrupación clasista Ortuta y del Partido Obrero, que hace meses viene interviniendo y denunciando el proceso de privatización y sus consecuencias. Esto nos dio una fuerte autoridad entre los trabajadores: la conducción de UTA, que realizó una fuerte campaña de hostigamiento a nuestros compañeros, debió pasar a un reconocimiento público a nuestro partido y sus dirigentes por ser el “único que enfrenta la privatización”. El sábado 13 vinieron a una charla del PO los principales referentes de la oposición, para discutir con Eduardo Salas una orientación para enfrentar la privatización.
Hemos presentado en el Concejo Deliberante un proyecto de ordenanza contra la privatización de la Tamse que ha generado mucha simpatía entre los trabajadores y nos ha permitido una importante presencia pública para desarrollar nuestra posición. La agitación del Partido Obrero apunta a sumar al conjunto de los trabajadores cordobeses a esta lucha.
Alejandro Roqueiro