Fiat decidió suspender a la totalidad de sus trabajadores los días lunes, agregando una nueva jornada sin actividad (ya lo hacía los viernes). El acuerdo firmado con el Smata local contempla el pago del 75 por ciento del salario de convenio los días de suspensión. Esta patronal se viene desprendiendo de trabajadores vía la no renovación de contratos en las tercerizadas que actúan en la planta, con injerencia directa en la producción.
Las suspensiones en Fiat se suman a las de 275 trabajadores de una de las plantas de VW, que acaban de cumplir las primeras de las 36 jornadas que tendrán sin actividad hasta fin de año.
Crisis de fondo
El motivo adjudicado por la propia empresa es la caída del 40% de la producción como resultado del derrumbe del mercado brasileño. Pero no es sólo Brasil, sino también Colombia y Venezuela, donde el mercado comenzó a retraerse. Para el caso de VW el problema se centraba en el mercado mexicano y en Europa. El otro punto álgido es la devaluación del real.
Las patronales han adoptado como política, en primer lugar, traspasar el costo a los trabajadores vía las suspensiones. Por otro lado, están incentivando la presión para que se produzca una devaluación; es decir, la depredación del salario. A ello, se suma la mayor precarización laboral, fundamentalmente vía las tercerizaciones.
Este es el plan patronal que se discute en los cenáculos empresariales.
Un programa para enfrentar la situación
Cuando los trabajadores aún están lidiando con el deterioro salarial como resultado de la aplicación del impuesto a las ganancias sobre los sueldos, deben encarar la lucha contra las suspensiones, que son la antesala de despidos masivos y la no renovación de los contratos.
La burocracia del Smata está ausente en la lucha por estas dos reivindicaciones. Nunca se convocó a una asamblea ni general del gremio ni en las fábricas afectadas. Aplican “automáticamente” el sistema de suspensiones convencionado.
El primer punto es rechazar las suspensiones y los despidos e imponer el reparto de las horas de trabajo sin disminuir los salarios. El segundo punto es establecer un programa de reorganización industrial bajo control obrero, que termine con el parasitismo de las multinacionales que convirtieron a la provincia en una armaduría subsidiada.
Este es el eje de nuestra campaña política en la provincia.
Eduardo Salas