2 de enero de 2009

Juez … y parte

Los “progresistas” y la guerra del juego

Una "infidencia" de Elisa Carrió acaba de sacar a la luz las tratativas entre Cristóbal López, el zar kirchnerista del juego, y Luis Juez. El ex intendente cordobés -que vive con el slogan de la transparencia a flor de piel- confirmó que en 2005 López le ofreció "financiar sus diez próximas campañas políticas" a cambio de "entrar con el juego a la ciudad de Córdoba" (Clarín, 19/12). Según Juez, en una primera reunión él "quedó en pensarlo", principalmente porque "a la gente no le cae bien" (el juego) (sic). En una segunda entrevista, Juez habría rechazado la propuesta de Cristóbal, y también el soborno.

Pero pasaron casi cuatro años de ese encuentro, sin que Juez considerara necesario presentar la denuncia ante la Justicia. Objetivamente, la negociación -y la coima ofertada- quedaron abiertas durante todo este tiempo. En ese lapso, Carrió, otra "referente de la ética", también juzgó "prudente" callar sobre este encuentro que involucraba a su (ex) aliado cordobés.

En un reportaje ofrecido al mismo diario, Cristóbal López confirma la versión de Juez. Pero añade un elemento que explica el "compás de espera" de estos años. Según López, en "una segunda reunión (Juez) me dijo que no iba a permitir casinos, pero que, cuando fuese gobernador, volvíamos a hablar. Y ahí terminó todo". Al parecer, el campeón cordobés de la moral no quería privarse de realizar demagogia con la "proliferación del juego" mientras gobernaran otros. Pero desde el gobierno, sería "otro cantar".

Con este socio "postergado" de Cristóbal López, Pino Solanas y Lozano están urdiendo un reagrupamiento nacional de "centroizquierda". En él, podría entrar otro amigo "progresista" del juego: Aníbal Ibarra, quien en 2003 pactó con Kirchner la legitimación del Casino flotante de Puerto Madero.

La guerra del juego demuestra que el progresismo se nutre de los mismos intereses capitalistas y mafiosos que nutren la caja de los Kirchner, Macri o Carrió.

Marcelo Ramal