2 de febrero de 2009

METALMECANICAS

Se extiende el “lock-out” con el aval de la burocracia

Al anuncio de que Iveco sólo trabajaría una semana al mes en los próximos cuatro meses, se agregó esta semana la suspensión en VW de la totalidad de su personal hasta el 2 de febrero y la decisión de Renault de cerrar la planta por un mes (todo febrero) conjugando vacaciones con suspensiones. En realidad, Renault viene prácticamente paralizada desde fines de diciembre de 2008.

La burocracia del Smata local firmó un acuerdo de "paz social" hasta el 30 de junio por el cual la empresa podrá suspender cuantas veces quiera y a quien quiera, produciendo una quita del 30% del salario a los suspendidos; además, aunque no hemos accedido al texto del acuerdo, éste está inscripto en el reclamo efectuado por el titular de Adefa y presidente de Renault, Dominique Maciet, que utilizó la presentación de un nuevo modelo, el Symbol, para reclamar al Smata una tregua salarial de seis meses (La Voz del Interior, 21/12). Ahora ha conseguido el aval del sindicato para suspender, reducir salarios y postergar la discusión paritaria.

La burocracia lo considera un logro porque la patronal se habría comprometido a no producir durante ese período despidos: pero Renault ya había despedido a ¡400 trabajadores! (sobre 1.600) en noviembre, con el aval del gremio; ahora le ha puesto fecha de vencimiento a cientos de puestos de trabajo.

El acuerdo desnuda la realidad de todos los acuerdos de suspensiones firmados por el Smata y acaba con el argumento de que "hay que pasar el verano": las suspensiones ya se extienden hasta el invierno, pero además Dragún, secretario del Smata cordobés, señaló que "la pretensión del gremio era firmar un acuerdo para que no haya despidos hasta el 31 de diciembre pero reveló que la empresa francesa ‘no se animó'..." (La Voz del Interior, 22/1).

La política de las patronales, con el aval del gobierno, de los partidos de la "oposición" y de la burocracia, es que los trabajadores paguen los costos de la crisis en forma "contante y sonante" porque perderán el 30% directo de sus salarios, sufren otro recorte como resultado de la inmovilidad salarial frente a la inflación y la devaluación del peso y pierden centenares de puestos de trabajo de compañeros contratados.

La política en curso tiene, como se ve, un carácter profundamente reaccionario y regresivo, pero además no es una salida a la crisis, por el contrario la agudiza. Una salida real a la crisis parte de nacionalizar las empresas estratégicas, en este caso las automotrices, sin ningún tipo de compensación, de la misma manera hay que proceder con los bancos y el comercio exterior, desconocer la deuda externa usuraria y proceder a aumentar los salarios y las jubilaciones, llevando los mínimos al nivel de la canasta familiar.

Eduardo Salas