La crisis sanitaria cordobesa no es para nada ajena a la crisis en la que se encuentra la salud pública nacional. Las repercusiones de los negociados de los gobiernos capitalistas de turno con las obras sociales y con los diagnósticos por imágenes que liquidan, vacían y privatizan la salud están a la orden del día en Córdoba. Las profundas luchas de los trabajadores de la salud que se desarrollan en la provincia demuestran las pésimas condiciones laborales, la explotación en negro, la tercerización de los de los servicios y la liquidación salarial muy por debajo de la canasta básica.
En la capital cordobesa los médicos residentes que se organizaron en asambleas independientes de todos los gremios ligados al sector de la sanidad (UTS, SEP, ATE) salen a marchar a las calles y se llaman al paro por condiciones laborales óptimas, salarios acorde a la canasta básica, descanso post guardia, etc. Responsabilizan al gobierno nacional, provincial y universitario, este último a cargo del decano de Ciencias Médicas, Irico, y la rectora oficialista Carolina Scotto que también juegan un rol protagónico en el conflicto no docente del Hospital Nacional de Clínicas; los no docentes luchan para que se reincorporen dos compañeros despedidos, el pase a planta permanente de los trabajadores contratados, 50 cospeles mensuales y que se garantice la atención primaria de la salud libre y gratuita a los vecinos de la zona lo cual repercute directamente en los dispensarios barriales que se encuentran atiborrados de pacientes y es ahí donde se ve la falta de profesionales médicos al servicio de las necesidades de la población. La acreditación a la Coneau, por seis años más, de la carrera de Medicina y la probable acreditación de Psicología, demuestra que la UNC no está dispuesta a tratar de revertir ni dar la lucha política por mejorar las condiciones laborales de los trabajadores ligados a la universidad, sino que apuesta a la profundización de la privatización de la educación y salud pública y a la precarización laboral de la mano de la modificación de los planes de estudio que garantizan la mediocridad de los futuros profesionales de la salud sobre los cuales se descarga la crisis sanitaria provincial mediante la explotación de los equipos de salud, deterioro edilicio, y vaciamiento de los hospitales públicos.
La ocupación del hospital Misericordia es el más objetivo ejemplo de la liquidación de la salud pública a cargo del gobierno provincial en donde se tercerizan servicios de diagnósticos por imágenes de un hospital vaciado y carente de profesionales y de camas, cuestión de la cual el gobernador Schiaretti prefiere no hablar.
La problemática ha pasado la barrera de la capital y se ha instalado en el interior de la provincia, como en la localidad Rio Ceballos donde el ex intendente radical Lemos ha dejado de su legado dos casinos y ningún hospital, sin mencionar que la especulación inmobiliaria ha garantizado la contaminación de los recursos hídricos del lugar dejando a una población en riesgo de contraer enfermedades por posible consumo del agua de la localidad.
Ningún gobierno patronal de turno mueve un dedo por darle una salida real y concreta a esta crisis, ninguna campaña electoral de los partidos de la burguesía está dirigida a la necesidad de la población carenciada de salud gratuita y de calidad, a terminar con la tercerización y precarización laboral, sino, todo lo contario a esto, se garantiza y profundiza el negociado con el sector privado, con las prepagas, la explotación en negro y la destrucción terminal del sistema de salud pública provincial. Sobre esta caracterización el Frente de Izquierda convoca a un Foro de Salud el próximo 2 de Julio para discutir nuestro programa de salida frente a la crisis sanitaria y nos organicemos para dar batalla por las reivindicaciones del sector.
Fran Sánchez