11 de agosto de 2011

CORDOBA: Una elección con consecuencias nacionales

De la Sota ganó las elecciones cordobesas con casi el 43% de los votos, el resultado más bajo de las tres en las que fue ganador. Barrió prácticamente a la oposición de la Legislatura (se quedó con 44 de los 70 legisladores) y ganó en todos los departamentos, salvo la Capital -que retuvo el juecismo, aunque con una pérdida importante de votos.

De la Sota eligió expresamente dejar al gobierno nacional fuera de la elección cordobesa cuando rechazó la posibilidad de una lista común. Luego les cerró la lista de legisladores a los referentes K y, finalmente, decidió mantener su propia lista de diputados nacionales para las primarias del 14.

El triunfo de De la Sota fue saludado por todas las cámaras empresariales y por la burocracia de los sindicatos. De la Sota forma parte del operativo de cambio del ‘modelo', el cual ha agotado sus posibilidades como lo revelan, en especial, la fuga de divisas y la elevada inflación. De la Sota se inscribe en la línea de "transición política" del régimen de emergencia económica que prevalece desde 2001 y del método del gobierno por decreto y de vetos económicos que caracteriza a la gestión actual. Se sumó hace rato, atacando a las Madres de Plaza de Mayo por "no cuidar a sus hijos", a la línea duhaldista de limitar los juicios a los genocidas. Muchos espadachines del kirchnerismo se han pasado con armas y bagajes al apoyo del "Gallego", como es el caso de Accastello, el intendente archiK de Villa María; de Moreno y el propio Giacomino.

Así planteada, la elección cordobesa ha sido una derrota K sin mediatintas. La baja performance del candidato radical y la derrota sin atenuantes del "progresismo", con Juez, revelan la liviandad de sus pretensiones políticas.

El candidato del MST, Pino, la CCC y Binner

El otro dato más destacado de la elección fue la derrota sin atenuantes de Luis Juez -quien arañó apenas un 30%, retrocedió en todos lados y fundamentalmente en la Capital, la que ganó con una pérdida de más de 15 puntos.

En la campaña, Juez procuró ganar la confianza de los grandes grupos empresarios, a los que prometió ministerios y secretarías, y a la Fundación Mediterránea (Ingaramo, Hermida, Las Heras). Trabó, a través de su candidato a vicegobernador, un acuerdo con los sectores concentrados del campo: Gatica es un hombre de la Sociedad Rural de Jesús María. Toda su campaña se centró en vender decencia, aunque sus filas están repletas de prontuariados ex delasotistas o radicales.

La pretensión de presentar al juecismo como la alternativa histórica al bipartidismo (caballito de batalla del MST, el PCR, Proyecto Sur y Libres del Sur para justificar su apoyo febril al bocón) fracasó estrepitosamente. El juecismo mostró descarnadamente los límites insalvables del llamado "progresismo" para ofrecer un rumbo a las masas trabajadoras y sectores populares.

Radicales kaput

La elección barrió también con la ilusión del resurgimiento del radicalismo en una provincia que dominaron políticamente durante décadas. El radicalismo perdió los seis legisladores que tenía por departamento, retrocediendo en lugares que le eran propios desde 1983. Para completarla, la Coalición Cívica-ARI quedó sexta con el 0,6% de los votos.

Nosotros, cuarta fuerza

El Frente de Izquierda quedó cuarto en la elección, reteniendo una banca en la Legislatura. Este lugar, en el marco de la fuerte polarización electoral, fue conquistado con una fuerte campaña que levantó un programa de salida. Para el Frente de Izquierda, la elección cordobesa también tiene una proyección nacional.


Eduardo Salas