El plan de lucha nacional anunciado por las comunidades indígenas en el mes de febrero ha sido provisoriamente suspendido “en virtud de los hechos acontecidos en la estación de trenes de Once con los hermanos criollos” (boletín de La Hora de los Pueblos, 27/2). El plan de lucha contemplaba la ocupación de tierras y la instalación de una nueva carpa en el centro porteño.
Las comunidades indígenas viven en condiciones extremadamente precarias y padecen la represión y el hostigamiento estatal y paraestatal, la apropiación de tierras para la expansión de la frontera sojera, la deforestación y el desarrollo de emprendimientos mineros.El ataque contra las comunidades indígenas tuvo su expresión más visible en el asesinato de dos integrantes de la comunidad Qom en Formosa. Los crímenes continúan impunes y a los Qom aún no se les reconoce su derecho al territorio de La Primavera.
Paralelamente, el gobierno kirchnerista desarrolla un intenso trabajo de cooptación en las elecciones de las comunidades, o promueve candidatos que integraron listas del Frente para la Victoria den 2011, por ejemplo en Quilmes.
El secretario general de la Junta Nacional Indígena, Luis Báez, acaba de saludar la alusión de CFK en la apertura de las sesiones legislativas al tratamiento de la propiedad comunitaria de la tierra. Pero lo cierto es que el proyecto de la diputada Silvia Vázquez para darle rango constitucional al convenio 169 de la OIT, que reconoce precisamente ese derecho, duerme el sueño de los justos. En el caso de la provincia de Buenos Aires, esta misma Junta Indígena Nacional suspendió su plan de lucha ante el inicio de diálogos con funcionarios del gobierno provincial sobre urbanización de zonas precarias y regulación de asentamientos y villas, entre otros puntos.
La experiencia indica que estas mesas de diálogo con el gobierno son un campo de maniobras y dilaciones para evitar la movilización, mientras se consuman los atropellos.
G. M.